Edición 54
Cinco poemas de Daniel Oliveros
Si ve usted un árbol de níspero
quédese el tiempo necesario
hasta que el fruto rompa
su concha con el golpe de la caída
observe bien y toque la piel
de ese peso marrón que con tanta
altura ha descendido desde la copa
no intente tampoco atrapar al próximo
pues la dureza de sus manos será peor
que el polvo que cubre las raíces
más bien estudie el tiempo
que tarda el níspero para caer
venga el año que viene
trepe el árbol con cuidado y conocido
el tiempo de la caída tome el fruto
recuéstese del tronco y disfrute
el alimento que otorga la paciencia.
No hay apuro en ver crecer un árbol
pero es necesario tomar el tiempo
para entender cómo cambian sus flores
el botón que nace de las ramas
abriéndose poco a poco
dando a conocer la intimidad
que su anfitrión
guarda dentro de la corteza
luego si el viento lo permite
ser testigo de cómo cada flor
va danzando al suelo fundiéndose
con la tierra empezando todo nuevamente.
Sé agradecido por la semilla
que han dejado en tus manos
si es necesario arrodillarse
mancha el pantalón
y escarba un poco
para dejar una pequeñez en la tierra
riega ese punto con bondad
su tallo sus hojas.
Esta neblina que baja
es otra parte del río
que desciende
A través de estos montes
hemos cruzado con el agua en la garganta
Hoy el pasto nos extiende la frescura
con el color
y la luna ha brillado
con la pureza de los campos.
A veces la tristeza de una mujer
se confunde con la imagen
de una cayena arrancada.
A Rebecca
Noticia Biográfica
Daniel Oliveros, Valencia, Venezuela, 1991. Poeta, editor y traductor. Licenciado en Educación Mención Inglés. Poemas y traducciones suyas han sido publicados en varias revistas venezolanas e internacionales. Actualmente es miembro del Comité de redacción de la revista POESIA en su versión impresa y digital. Fue ganador de la Mención Honorífica en el V Premio Nacional Universitario de Literatura mención Poesía en 2014. Es Subdirector de la Fundación Teófilo Tortolero.