Edición 22
Cuatro poemas de Frank Báez
Anoche soñé que era un DJ
Llamo por teléfono a Miguel y le pregunto
si piensa que me iría mejor de DJ o como poeta
y Miguel responde que siga como poeta.
Mi novia también dice que como poeta.
El hermano de mi novia dice que como poeta
y una jevita que hacía una fila en el cine
y que recién conocí dice que como DJ.
Las menores me ven más como DJ
y las mujeres que compran en el supermercado
dicen que persista con los poemas.
Mi mamá dice que como poeta.
El plomero dice que poeta.
Los cinco poetas que conozco me dijeron
que me iría mejor como DJ.
Mi hermana se abstuvo de votar.
Fui a ver a DJ Tiesto
y una gringa me tomó de las manos
y me explicó que los DJ son criaturas de Dios.
Son ángeles, dijo y mientras hablaba
yo imaginaba a los DJ volando
con sus turntables alrededor de Dios
como si fueran mosquitos y Dios los espantara
con la mano.
Pero bueno, la cuestión es si los poetas y los DJ
se pueden conciliar.
Si pueden ser uno,
si es posible escribir con una mano poemas
y con la otra pinchar discos,
si se puede ser mitad poeta y mitad DJ,
si del ombligo para arriba soy poeta
y del ombligo para abajo soy DJ
o al revés
o quizás que un poeta se convierta
en DJ las noches de luna llena
o quizás estoy exagerando
y en el fondo todo DJ quiere ser poeta
y todo poeta quiere ser DJ.
Hay una fábula en donde un DJ y un poeta
caen en un pozo.
Empiezan a vocear y a vocear hasta
que un hombre se asoma y les tira una
cuerda para irlos subiendo poco a poco.
Sube al DJ primero y cuando se la
arrojan al poeta este grita que lo dejen abajo
y el hombre y el DJ así lo hacen, aguardan
en silencio y se marchan al rato.
En la Biblia no aparece nadie fumando
Pero qué tal si Dios o los que escribieron la Biblia
se olvidaron de agregar los cigarros
y en realidad todas esas figuras bíblicas
se pasaban el día entero fumando
al igual que en los cincuenta en que se podía fumar
en los aviones y hasta en la televisión
y yo imagino a todos esos gloriosos judíos
llevándose sus cigarrillos a los labios
y expulsando el humo por las narices
en lo que aguardan
por sus visiones o porque Dios les hable,
e imagino a David tocando el harpa
en un templo lleno de humo,
a Abraham fumando cigarro tras cigarro
antes de decidirse a matar a Isaac,
a María fumando antes de darle a José
la noticia de que está embarazada,
e incluso imagino a Jesús sacando un cigarro
de detrás de la oreja y fumando
para relajarse antes de dirigirse a las multitudes
reunidas en torno suyo.
Yo no soy un fumador.
Pero a veces me vienen ganas y fumo
como en este instante en que miro la lluvia
caer tras la ventana
y me siento como Noé cuando esperaba
que pasara el diluvio y se la pasaba
de arriba a abajo por toda el arca
buscando donde había puesto
esa maldita cajetilla.
Milky way
La primera vez fue cuando mi papá
vino de Nueva York
con la maleta llena de milky ways
y yo probé uno y me sentí
como en esa escena de Charlie y la fábrica de chocolates
en que el protagonista se esconde
para ver si su chocolate está premiado
aunque yo me escondía más bien para que mi mamá
no me quitara los chocolates
y les llevé a Pascual y al Seba
quienes se engancharon tanto
al punto que cada vez que me veían acercarme
con los bolsillos llenos de milky way
babeaban como el perro de Pavlov
y después que probé los milky way
los rocky kid llenos de almendra no me sabían a nada
los crachi los más más los chocolates embajador
todos habían perdido su magia
y recuerdo que cuando en la clase de religión
el cura hablaba del éxodo de los judíos por el desierto
y del maná que Dios lanzaba desde el cielo
para que se alimentaran y no se murieran de hambre
antes de llegar a la tierra prometida
yo imaginaba que el maná eran pedacitos de milky way
que caían sobre la arena y sobre las piedras
y la analogía cobró más fuerza
cuando supe que milky way significaba Vía Láctea
así que piensen en esos publicistas buscándole nombre
a ese producto e imaginando que no hay nada más sublime
que comerse una estrella
y bueno ya han pasado dos décadas
tenía años que no probaba un milky way
la verdad hoy en día prefiero los snickers
Pascual y el Seba se fueron al norte
no sé bien en que ciudad vive Pascual
pero sé que el Seba vive en Nueva York
específicamente en el Bronx
la semana pasada nos vimos y paseamos por Manhattan
en un momento Seba entró a un seven eleven
para usar el baño y yo compré un milky way
y le pregunté al Seba
si le apetecía recordar los viejos tiempos
pero el Seba me dijo que ya no comía dulces
que era propenso a la diabetes
así que yo me comí el milky way solo
andando con el Seba por las calles de Manhattan
mirando de vez en cuando hacia arriba
donde había tanta niebla y tantas luces
que no se alcanzaban a ver las estrellas
y mucho menos la vía láctea
Otra postal
Han pasado casi diez años
y los que se hicieron tatuajes entonces
hoy se arrodillan en los templos
a pedirle a Jesús que se los borre.
En la esquinas los que anuncian
el fin del mundo se quedan bobos
al ver el loco que traza círculos
en el barrio como si fuera un filósofo.
¿Estará explicándonos la teoría
del eterno retorno con sus recorridos?
¿No les recuerda a Heráclito con su cara
curtida, su ropa rasgada y sus ojos perdidos?
Mi novia escribe que las pesadillas
son trailers de las cosas que vendrán.
Golpean a tu puerta y al abrir está la stripper
que ahora es Testigo de Jehová.
Acá todo ha perdido su magia.
Aquellos resplandores
que en las noches pensabas
que eran ovnis resultaron ser drones.
Noticia Biográfica
Frank Báez (Santo Domingo, 1978) es poeta y narrador. Es autor del poemario Postales. Recientemente la editora Jai Alai books publicó una antología en inglés de su poesía titulada Last night I dreamt I was a DJ.