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Edición 32

Poemas de "En los días tristes no se habla de aves" de Filipa Leal, una novedad de la editorial Tragaluz



Publicamos una selección de poemas del libro En los días tristes no se habla de aves, de Filipa Leal. Este libro fue publicado por la bella editorial Tragaluz en el 2016.

 

                                                            De Talvez os Lírios Compreendam (2004).

 

Prólogo a cualquiera de mis libros

 

Hoy soy más que el pánico. Le quité la máscara

al miedo cobarde de estar viva.

Hoy me hace gracia la inmortalidad cándida del que no se amedrenta.

A veces, el desaliento fluye dentro y fuera de mi cuerpo;

lo hace en los insomnios lánguidos.

Pero lo que hay de vulgar en la inmortalidad secreta

de las palabras es la desnudez íntima,

que desaparece más allá de las páginas.

Nos queda el cobarde temor de desnudarnos, lentamente.

Y el milagro de la palabra escrita.

 

* * *

 

Prefácio a qualquer um dos meus livros

 

Sou hoje algo mais do que o pânico. Desmascarei o

cobarde medo de estar viva.

Hoje diverte-me a imortalidade ingénua dos destemidos.

Às vezes, escorre o desânimo dentro e fora do meu corpo –

nas insónias lentas.

Mas o que há de vulgar na imortalidade secreta das

palavras é a íntima nudez,

que não persiste para além das páginas.

Resta-nos o cobarde medo de nos despirmos, devagar.

E o milagre da escrita.

 

 

 

 

                                                            De A Cidade Líquida e Outras Texturas, 2006

 

La ciudad líquida

 

La ciudad se movía como un barco. No. Tal vez la tierra se abría en alguna parte. No. Era el mareo. La despedida. No. La ciudad tal vez era de agua. ¿Cómo sobrevivir a una ciudad líquida?

 

(Yo intentaba sostenerme como un barco).

 

Las aves se mojaban en las torres. Todo se evaporaba: las campanas, los relojes, los gatos, el suelo. Se pudrían los cabellos, la mirada. Había peces inmóviles en los umbrales de las puertas. Sólidos mástiles que sostenían las paredes de las cosas. Los marineros invadían las tabernas. Se reían fuerte desde lo alto de los barcos. Rompían la entrada de los lugares. Las personas pescaban en el interior de las casas. Dormían en plataformas muy finas, como balsas. La náusea y el frío les amorataban los labios. No veían. Aceleradas se amaban al atardecer. Era el miedo a la muerte. La ciudad parecía de cristal. Se movía con las mareas. Era un espejo de otras ciudades costeras. Cuando estaba cerca, inundaba los edificios, las calles. Se sumaba al mundo. Lo naufragaba. Los habitantes que la veían cada vez más cerca se quedaban asombrados, mirándola, mirándose. Morían de vanidad y de falta de aire. Los que eran arrastrados se aferraban a lo que quedaba del interior de las casas. Sentían culpa. Temían el castigo. Tantas veces desearon soltar las amarras de la ciudad. Ahora partían con ella dentro de una ciudad líquida.

 

(Yo me quedé exactamente en el lugar de donde salió).

 

* * *

 

A cidade líquida

 

A cidade movia-se como um barco. Não. Talvez o chão se abrisse em algum lado. Não. Era a tontura. A despedida. Não. A cidade talvez fosse de água. Como sobreviver a uma cidade líquida?

 

(Eu tentava sustentar-me como um barco.)

 

As aves molhavam-se contra as torres. Tudo evaporava: os sinos, os relógios, os gatos, o solo. Apodreciam os cabelos, o olhar. Havia peixes imóveis na soleira das portas. Sólidos mastros que seguravam as paredes das coisas. Os marinheiros invadiam as tabernas. Riam alto do alto dos navios. Rompiam a entrada dos lugares. As pessoas pescavam dentro de casa. Dormiam em plataformas finíssimas, como jangadas. A náusea e o frio arroxeavam-lhes os lábios. Não viam. Amavam depressa ao entardecer. Era o medo da morte. A cidade parecia de cristal. Movia-se com as marés. Era um espelho de outras cidades costeiras. Quando se aproximava, inundava os edifícios, as ruas. Acrescentava-se ao mundo. Naufragava-o. Os habitantes que a viam aproximar-se ficavam perplexos a olhá-la, a olhar-se. Morriam de vaidade e de falta de ar. Os que eram arrastados agarravam-se ao que restava do interior das casas. Sentiam-se culpados. Temiam o castigo. Tantas vezes desejaram soltar as cordas da cidade. Agora partiam com ela dentro de uma cidade líquida.

 

(Eu ficara exactamente no lugar de onde saiu.)

 

 

 

 

En los días tristes no se habla de aves

 

En los días tristes no se habla de aves.

Uno llama a los amigos y no están

y luego pide fuego en la calle

como quien pide un corazón

aún intacto.

 

En los días tristes es invierno

caminamos helados con el cigarrillo en la mano

quemamos el viento y decimos

–¡Buenos días!

a las personas que pasan

pero cuando ya han pasado

sin que lo notáramos.

 

En los días tristes uno habla solo

y un ave siempre se posa

sobre las cosas

en lugar de posarse en nuestro corazón

y sin hablar con nosotros.

 

* * *

 

Nos dias tristes não se fala de aves

 

Nos dias tristes não se fala de aves.

Liga-se aos amigos e eles não estão

e depois pede-se lume na rua

como quem pede um coração

novinho em folha.

 

Nos dias tristes é Inverno

e anda-se ao frio de cigarro na mão

a queimar o vento e diz-se

– bom dia!

às pessoas que passam

depois de já terem passado

e de não termos reparado nisso.

 

Nos dias tristes fala-se sozinho

e há sempre uma ave que pousa

no cimo das coisas

em vez de nos pousar no coração

e não fala connosco.

 

 

 

 

La ciudad olvidada

 

Ella dijo: Soy una ciudad olvidada.

Él dijo: Soy un río.

 

Se quedaron en silencio en la ventana

cada uno en su ventana

mirando a su ciudad, a su río.

 

Ella dijo: No soy exactamente una ciudad.

Una ciudad es diferente de una ciudad

olvidada.

 

Él dijo: Soy un río preciso.

 

Ahora en el balcón

cada uno en su balcón

pidiendo: Un poco de aire entre nosotros.

 

Ella dijo: Escribo palabras en los muros que piensan en ti.

Él dijo: Yo sigo mi curso.

 

El teléfono puesto entre la cara y el hombro

para dejar al menos las manos sueltas

cada uno con sus manos libres.

Ella temió el adiós, dijo: Yo soy una ciudad olvidada.

Él se rió.

 

* * *

 

A cidade esquecida

 

Ela disse: Sou uma cidade esquecida.

Ele disse: Sou um rio.

 

Ficaram em silêncio à janela

cada um à sua janela

olhando a sua cidade, o seu rio.

 

Ela disse: Não sou exactamente uma cidade.

Uma cidade é diferente de uma cidade

esquecida.

 

Ele disse: Sou um rio exacto.

 

Agora na varanda

cada um na sua varanda

pedindo: Um pouco de ar entre nós.

 

Ela disse: Escrevo palavras nos muros que pensam em ti.

Ele disse: Eu corro.

 

De telefone preso entre o rosto e o ombro

para que ao menos se libertassem as mãos

cada um com as suas mãos libertas.

Ela temeu o adeus, disse: Sou uma cidade esquecida.

Ele riu.

 

 

 

 

De próxima publicación.

 

Te dije: una casa

 

Te dije: una casa.

No hablábamos hacía meses y esto

fue todo lo que supe decirte:

una casa, tengo una casa.

 

Acomodé primero los discos, después las películas,

y luego los libros, la vajilla.

Como quien se abriga de la lluvia,

colgué los primeros cuadros.

Cuatro: carretera, mar, mujer, corazón.

 

Empezó a llover cuando me preguntaste

si te invitaba a cenar.

Era innecesariamente julio

y adentro de la casa llovía mucho.

 

Te lo dije, confieso, sin esperanza;

solo porque una casa

es demasiado grande para quedarse en la boca.

 

* * *

 

Disse-te: uma casa

 

Disse-te: uma casa.

Não falávamos há meses e isto

foi tudo o que te soube dizer:

uma casa, tenho uma casa.

 

Arrumei primeiro os discos, depois os filmes,

só então os livros, as loiças.

Como quem se abrigasse da chuva,

pendurei os primeiros quadros.

Quatro: estrada, mar, mulher, coração.

 

Começou a chover quando me perguntaste

se te convidava para jantar.

Era desnecessariamente Julho

e dentro de casa chovia tanto.

 

Disse-to, confesso, sem esperança

– apenas porque uma casa

é muito grande para guardar na boca.

 

 

 

 

El mapa

 

Porque buscamos en el cotidiano un camino en el que se repitan el amor y el hogar de algún verano. Porque la memoria tiene señales de tránsito y a veces hablamos mucho y muy alto cuando está en rojo para recordar, y llamamos a los amigos y de repente pasa a amarillo, sin saber cómo, y al final del día, cuando nos acostamos, pasa a verde y todo avanza y los recuerdos surgen en lugar del sueño, en el lugar de la vida, en el lugar del verbo. Porque también nosotros tenemos montañas y ríos señalizados y también en nosotros hay rutas principales y secundarias que van de la cabeza a los pies cuando la mano deseada nos recorre como si fuera un carro de juguete. Porque también nosotros deseamos un nuevo aeropuerto donde apoyar la cabeza, o al menos algunas reformas en el aeropuerto en donde torpemente intentamos aterrizar. Porque incluso con cuatro o veinte autopistas no dejamos de tener el camino hacia al estanque donde nos sumergíamos en la infancia. Porque todos nos buscamos unos a otros dentro y fuera de lo que somos y parece que nos perdimos, que nos detuvimos en la estación de servicio equivocada, a 10 km, siempre mirando el reloj, a 10 km, en la dirección de unos a otros, a 10 km pero en la estación de servicio equivocada. Porque el límite del cuerpo es el dibujo del mapa y, a veces, uno tiene ganas de rasgar, omitir, extender la frontera, pero para eso se inventó la guerra, porque justo tras ese límite hay otros y otros países invadidos por nosotros. Porque en el fondo deseamos tan solo ser conquistados. Porque los países conquistados logran moverse en el mapa y no sentir culpas. Porque los países conquistados se reconstruyen después de la guerra y antes del reinicio del amor.

 

Somos un mapa circular, humano y excesivo.

 

* * *

 

O mapa

 

Porque buscamos no quotidiano uma estrada onde se repita o amor e a casa de algum Verão. Porque a memória tem sinais de trânsito e às vezes falamos muito e alto quando está vermelho para recordar, e chamamos os amigos e de repente fica amarelo sem sabermos como, e no fim do dia, quando nos deitamos, cai o verde e tudo avança e as recordações são em vez do sono, são em vez da vida, são em vez do verbo. Porque também nós temos montanhas e rios assinalados e também em nós há itinerários principais e secundários e ruas que vão da cabeça aos pés quando a mão desejada nos percorre como carro de brincar. Porque também nós desejamos um novo aeroporto onde pousar a cabeça, ou pelo menos algumas obras no aeroporto onde desajeitadamente procuramos aterrar. Porque mesmo com quatro ou vinte auto-estradas continuamos a ter o caminho para o tanque onde mergulhávamos na infância. Porque andamos todos à procura uns dos outros dentro e fora de quem somos e parece que nos desencontramos, que paramos na estação de serviço errada, a 10 km, sempre a olharmos para o relógio, a 10 km, na direcção uns dos outros, a 10 km mas na estação de serviço errada. Porque o limite do corpo é o desenho do mapa e às vezes apetece rasgar, omitir, estender a fronteira, mas para isso há a guerra, porque imediatamente fora desse limite há outros e outros países invadidos por nós. Porque no fundo desejamos apenas ser conquistados. Porque os países conquistados conseguem mexer no mapa e não ter culpa. Porque os países conquistados se reconstroem depois da guerra e antes do recomeço do amor.

 

Somos um mapa circular, humano e excessivo.

 

 

 

 

Vea también: poemas de W. S. Merwin traducidos por Otro páramo.


Noticia Biográfica


Filipa Leal (Oporto, 1979) estudió Periodismo en la Universidad de Westminster y concluyó la Maestría en Estudios Portugueses y Brasileños en la Facultad de Letras de la Universidad de Oporto. Hizo su aparición en la poesía en 2004 con «Tal vez los lirios comprendan». En el 2007, el periódico portugués “Expresso” la indicó como una de las 27 nuevas promesas portuguesas, y en el 2010, la incluyó en la lista de los 10 talentos portugueses para la próxima década. En 2014, publicó «Adília Lopes Lopes», y, en 2015, el manifiesto «A favor de los lectores de poesía». En 2014 escribió un guión para un largometraje de cine, «Juego de damas», y un musical infantil, «Alrededor del mundo en 60 minutos». También ha escrito y expuesto en escena piezas de teatro, como «La inexistencia de Eva». Durante tres años fue periodista y locutora residente del programa Cámara Clara, de la RTP2. Pasó por Rádio Nova, fue editora del suplemento «De las artes, de las letras», en el periódico «O Primeiro de Janeiro», y de la revista «Pessoa» (de la Casa Fernando Pessoa). Tiene colaboraciones dispersas en varios periódicos y revistas («Egoísta», «MeaLibra», «INÙTIL», «Colóquio Letras», «Textos e Pretextos», entre otros).



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