Edición 54
Tres poemas de los Hermanos Álvarez Quintero: a una rosa, a abril y al Guadalquivir
La rosa del jardinero
Era un jardín sonriente;
era una tranquila fuente
de cristal;
era, a su borde asomada
una rosa inmaculada
de un rosal.
Era un viejo jardinero
que cuidaba con esmero
del vergel,
y era la rosa un tesoro
de más quilates que el oro
para él.
A la orilla de la fuente
un caballero pasó,
y la rosa dulcemente
de su tallo separó.
Y al notar el jardinero
que faltaba en el rosal,
cantaba así, plañidero,
receloso de su mal:
-Rosa la más delicada
que por mi amor cultivada
nunca fue;
rosa la más encendida
la más fragante y pulida
que cuidé;
blanca estrella que del cielo
curiosa del ver el suelo
resbaló;
a la que una mariposa
de mancharla temerosa
no llegó.
¿Quién te quiere? ¿Quién te llama
por tu bien o por tu mal?
¿Quién te llevó de la rama
que no estás en tu rosal?
¿Tú no sabes que es grosero
el mundo? ¿Que es traicionero
el amor?
¿Que no se aprecia en la vida
la pura miel escondida
en la flor?
¿Bajo qué cielo caíste?
¿A quién tu tesoro diste
virginal?
¿En qué manos te deshojas?
¿Qué aliento quema tus hojas
infernal?
¿Quién te cuida con esmero
como el viejo jardinero
te cuidó?
¿Quién por ti sólo suspira?
¿Quién te quiere? ¿Quién te mira
como yo?
¿Quién te miente que te ama
con fe y con ternura igual?
¿Quién te llevó de la rama,
que no estás en tu rosal?
¿Por qué te fuiste tan pura
de otra vida a la ventura
o al dolor?
¿Qué faltaba a tu recreo?
¿Qué a tu inocente deseo
soñador?
En la fuente limpia y clara
¿espejo que te copiara
no te di?
¿Los pájaros escondidos,
no cantaban en sus nidos
para ti?
¿Cuando era el aire de fuego,
no refresqué con mi riego
tu calor?
¿No te dio mi trato amigo
en las heladas abrigo
protector?
¿Quién para sí te reclama?
¿Te hará bien o te hará mal?
¿Quién te llevó de la rama
que no estás en tu rosal?
***
Así un día y otro día,
entre espinas y entre flores,
el jardinero plañía,
imaginando dolores,
desde aquél en que a la fuente
un caballero llegó,
y la rosa dulcemente
de su tallo separó.
Abril
Con sus nieves y aguas mil
al invierno el sol destierra;
suspira alegre la tierra
y ese suspiro es abril.
¡Abril!, el primer albor
de la mañana en el cielo;
¡abril!, el primer anhelo;
¡abril!, la primera flor.
El primer ímpetu ardiente
de la vida, antes en calma;
el primer grito en el alma;
el primer sueño en la frente.
Abril es por maravilla
flor de eterna juventud;
abril es fuerza y salud;
abril sabe a manzanilla.
Abril es aura que cruza
entre flores a escoger;
abril es una mujer,
y una mujer andaluza.
Abril ama, sueña, engríe
canta, bulle y alborota;
abril es clavel que brota,
abril es boca que ríe.
¡Abril! ¿A quién no has dejado
el recuerdo de un amor
y las hojas de una flor
en el libro más preciado?
Guadalquivir
En su nacimiento, en Cazorla.
¡Detente aquí, viajero! En estas peñas
nace el que es y será rey de los ríos,
entre pinos gigantes y bravíos,
que arrullan su nacer y ásperas breñas.
El reflejo otro tiempo las enseñas,
las armas, los corceles y atavíos
de razas imperiosas, cuyos bríos
postráronse en sus márgenes risueñas
ensancha entre olivos y trigales,
y al mar corre a rendirle sus cristales.
Mas coma lleva sal de Andalucía,
sus aguas vuelve a las del mar iguales,
para llegar mas lejos todavía...
Y así van sus caudales,
triunfantes en el seno de las olas,
a las playas de América españolas.
Noticia Biográfica
Serafín ílvarez Quintero (Utrera, Sevilla, 26 de marzo de 1871 – Madrid, 12 de abril de 1938) y su hermano Joaquín (Utrera, 20 de enero de 1873 – Madrid, 14 de junio de 1944) fueron unos dramaturgos y poetas espaí±oles conocidos popularmente como los Hermanos ílvarez Quintero.