Edición 65
Algunos años existen unas ganas de escapar: Claudia Rankine
El siguiente poema es un fragmento del libro de Claudia Rankine Citizen: An American Lyric (Greywolf Press, 2014). La traducción es de Santiago Ospina Celis.
Citizen (fragmento)
Algunos años existen unas ganas de escapar—
tú, flotando por encima de tu dolor—
todavía el dolor coexiste.
Llámalo tu yo inmanente.
Tú eres tú incluso antes de que tú
crecieras para comprender que tú
no eres nadie, sin valor,
no vales tú.
Incluso cuando tu propio peso insiste
tú estás aquí, luchando contra
el peso de la no existencia.
Y todavía esta vida separa tus párpados, te ves
a ti extendiendo tu mano
como una ola que está cayendo—
yo ellas él ella nosotros tú te volteas
solo para descubrir
el encuentro
de ser extraño para este lugar.
Espera.
La paciencia está en los vivos. El tiempo se despliega para ti.
La abertura, entre tú y tú, ocupada,
zonificada para un encuentro,
dadas las historias entre tú y tú—
Y siempre, ¿quién es este tú?
El comienzo de ti, cada día,
una presencia ya—
Hey, tú—
Resbalándote enterrando el tú enterrado adentro. Tú estás
en todos lados y tú no estás en ningún lugar en el día.
El exterior entra—
Luego tú, hey tú—
Escuchado en la luz de la luna.
Superado en la luz de la luna.
Pronto estás sin hacer nada, escuchando públicamente, cuando oyes esto —lo que te sucede no te pertenece, solo te concierne a medias. Él está hablando de los legionarios de la película de Claire Denis Beau Travail y se te arroja de nuevo al cuerpo de ti que recibe la mirada de nada.
El mundo allá afuera insistiendo en esto solo te concierne a medias. Lo que te sucede no te pertenece, solo te concierne a medias. No es tuyo. No sólo tuyo.
Y todavía un mundo comienza su borradura furiosa—
¿Quién te crees que eres, diciéndome yo a mí?
Tú nada.
Tú nadie.
Tú.
Un cuerpo en el mundo se ahoga en él—
Hey, tú—
Toda nuestra febril historia no inculcará entendimiento,
no hará que un cuerpo sea consciente,
no hará que esa mirada
en los ojos diga sí, aunque no hay nada
para solucionar
incluso cuando cada momento es una respuesta.
No digas yo si significa tan poco,
sostiene la pequeña formando a nadie.
Tú no estás enferma, tú estás herida—
te sientes dolor por el resto de tu vida.
¿Cómo cuidar el cuerpo herido,
el tipo de cuerpo que no puede sostener
el contenido que está viviendo?
¿Y dónde está el lugar más seguro cuando ese lugar
debe estar en otro lugar distinto del cuerpo?
Incluso ahora tu voz enreda esta boca
cuyas palabras están aquí como pulso, rasgueando
sin poder entrar, sin poder salir, sin poder hablar—
No puedes decir—
Un cuerpo traduce su tú—
tú aquí, hey tú—
/
incluso cuando pierde la ubicación de su boca.
Cuando recuestas tu cuerpo en el cuerpo
entrado como si la piel y el hueso fueran lugares públicos,
cuando recuestas tu cuerpo en el cuerpo
entrado como si fueras el suelo sobre el que caminas,
sabes que ningún recuerdo debería vivir
en estos recuerdos
volviéndose el cuerpo de ti.
Tú ralentizas toda la existencia con tu llamada
detectable solo como cielo. El bostezo de la noche
te absorbe a medida que te recuestas en el ángulo equivocado
hacia el sol ya dispuesto a soltar tu mano.
Espera conmigo
a pesar de la espera, espera,
podrá tardar hasta que nada sea hecho de todos modos.
/
Ser dejada, no sola, el único deseo—
llamarte, llamarte a ti.
¿Quién gritó, tú? Tú
gritaste tú, tú el murmuro en el aire, tú que a veces
suenas como tú, tú que a veces dices tú,
ve a ningún lugar,
sé nadie pero tú primero—
Nadie se da cuenta, sólo tú sabes,
tú no estás enferma, ni loca,
ni furiosa, ni triste—
Es sólo esto, estás herida.
/
Todo ensombreció todo oscureció todo
ensombrecido
es el despojo es el impacto—
es la marca
es el regusto.
Yo ellas él ella nosotras tú estaban muy concluidas ayer para
saber que cualquier cosa hecha puede hacerse, puede también
hacerse, nunca fue hecha—
La peor herida es sentir que no te perteneces tanto
a ti—
***
Some years there exists a wanting to escape—
you, floating above your certain ache—
still the ache coexists.
Call that the immanent you—
You are you even before you
grow into understanding you
are not anyone, worthless,
not worth you.
Even as your own weight insists
you are here, fighting off
the weight of nonexistence.
And still this life parts your lids, you see
you seeing your extending hand
as a falling wave—
/
I they he she we you turn
only to discover
the encounter
to be alien to this place.
Wait.
The patience is in the living. Time opens out to you.
The opening, between you and you, occupied,
zoned for an encounter,
given the histories of you and you—
And always, who is this you?
The start of you, each day,
a presence already—
Hey you—
/
Slipping down burying the you buried within. You are
everywhere and you are nowhere in the day.
The outside comes in—
Then you, hey you—
Overheard in the moonlight.
Overcome in the moonlight.
Soon you are sitting around, publicly listening, when you
hear this—what happens to you doesn't belong to you,
only half concerns you He is speaking of the legionnaires
in Claire Denis's film Beau Travail and you are pulled back
into the body of you receiving the nothing gaze—
The world out there insisting on this only half concerns
you. What happens to you doesn't belong to you, only half
concerns you. It's not yours. Not yours only.
/
And still a world begins its furious erasure—
Who do you think you are, saying I to me?
You nothing.
You nobody.
You.
A body in the world drowns in it—
Hey you—
All our fevered history won't instill insight,
won't turn a body conscious,
won't make that look
in the eyes say yes, though there is nothing
to solve
even as each moment is an answer.
/
Don't say I if it means so little,
holds the little forming no one.
You are not sick, you are injured—
you ache for the rest of life.
How to care for the injured body,
the kind of body that can't hold
the content it is living?
And where is the safest place when that place
must be someplace other than in the body?
Even now your voice entangles this mouth
whose words are here as pulse, strumming
shut out, shut in, shut up—
You cannot say—
A body translates its you—
you there, hey you
/
even as it loses the location of its mouth.
When you lay your body in the body
entered as if skin and bone were public places,
when you lay your body in the body
entered as if you're the ground you walk on,
you know no memory should live
in these memories
becoming the body of you.
You slow all existence down with your call
detectable only as sky. The night's yawn
absorbs you as you lie down at the wrong angle
to the sun ready already to let go of your hand.
Wait with me
though the waiting, wait up,
might take until nothing whatsoever was done.
/
To be left, not alone, the only wish—
to call you out, to call out you.
Who shouted, you? You
shouted you, you the murmur in the air, you sometimes
sounding like you, you sometimes saying you,
go nowhere,
be no one but you first—
Nobody notices, only you've known,
you're not sick, not crazy,
not angry, not sad—
It's just this, you're injured.
/
Everything shaded everything darkened everything
shadowed
is the stripped is the struck—
is the trace
is the aftertaste.
I they he she we you were too concluded yesterday to
know whatever was done could also be done, was also
done, was never done—
The worst injury is feeling you don't belong so much
to you—
Noticia Biográfica
Claudia Rankine es autora de cinco libros de poesía y dos obras de teatro. Entre sus poemarios, sobresalen Citizen: An American Lyric y Don’t Let Me Be Lonely, y entre su dramaturgia, Provenance of Beauty: A South Bronx Travelogue. Ha colaborado con varios artistas visuales y editado diversas antologías, como The Racial Imaginary: Writers on Race in the Life of the Mind. Con Citizen, Rankine fue merecedora del Forward Prize for Poetry, el National Book Critics Circle Award for Poetry (Citizen también estuvo nominado a la categoría de crítica, siendo así el primer libro nominado a dos categorías en la historia del premio), el Los Angeles Times Book Award, el PEN Open Book Award y el NAACP Image Award. Finalista del National Book Award, Citizen también es el único libro de poesía que ha sido considerado bestseller por el New York Times en la categoría de no ficción. Entre sus numerosas menciones, Rankine ha recibido el Poets & Writers’ Jackson Poetry Prize y becas de la Lannan Foundation, la MacArthur Foundation, United States Artists, y la National Endowment of the Arts. Vive en Nueva York y enseí±a en la Yale University con el título de Frederick Iseman Professor of Poetry.