Edición 7
John Cage: Indeterminación
*Traducido por Patricio Grinberg (Buenos Aires, 1970). Ha publicado La Jabalina (2002), Manila (trilogía compuesta por Fedra, Huye y Drop) (2010) y VHS (2012). Ha traducido obras de Wallace Stevens, John Cage, Emmanuel Hocquard, Rae Armantrout, entre otros. Es uno de los directores de la editorial de poesía Zindo & Gafuri. Parte de su trabajo como editor, traductor y poeta puede verse en: www.zindoygafuri.blogspot.com
John Cage (Los Ángeles, 1912 – Nueva York, 1992) fue un compositor, instrumentista, filósofo, teórico musical, poeta, artista, pintor, aficionado a la micología y recolector de setas estadounidense. Pionero de la música aleatoria, de la música electrónica y del uso no estándar de instrumentos musicales, Cage fue una de las figuras principales del avant garde de posguerra. A través de sus estudios de filosofía india y budismo zen a finales de los años 1940, Cage llegó a la idea de la música aleatoria o música controlada por azar, que comenzó a componer en 1951. Cage es conocido principalmente por su composición de 4′33″, tres movimientos que se interpretan sin tocar una sola nota. Otra famosa creación de Cage es el piano preparado, para el que escribió numerosas obras relacionadas con la danza y varias piezas para concierto. A continuación presentamos una traducción de sus poemas por Patricio Grinberg.
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Una señora esquimal que no hablaba ni entendía una
palabra de inglés una vez recibió
un pasaje gratis a los Estados Unidos y 500 $
por acompañar a un cadáver que enviaban
de vuelta para el entierro. Ella aceptó.
Cuando llegó se dio cuenta de que
las personas que entraban a la estación dejaban
la ciudad y nunca más los volvía a ver. Aparentemente,
viajaban a otro lugar. Descubrió también que
antes de salir se acercaban a la boletería, decían
algo y conseguían un boleto. Ella
se paró en la fila, escuchando atentamente lo que la persona
delante de ella decía,
repitió lo que esa persona dijo, y viajó a donde
esa persona viajó. Así recorrió el país
de una ciudad a otra. Después de
un tiempo, cuando empezó a quedarse sin dinero, decidió
quedarse en la próxima ciudad, encontrar
trabajo, y vivir ahí el resto de su vida.
Pero decidió hacerlo en un pueblito
de Wisconsin del que nadie salió
ese día. Sin embargo, de tanto viajar
había aprendido un poco de inglés. Así que finalmente
fue a la boletería y le preguntó al hombre que estaba ahí
“¿Dónde iría usted si se tuviera que ir?” Ella sigue
viviendo en ese pueblito de Ohio que él nombró.
***
25
An Eskimo lady who couldn’t speak or understand a
word of English was once offered free
transportation to the United States plus $500
providing she would accompany a corpse that was
being sent back to America for burial. She accepted.
On her arrival she looked about and noticed that
people who went into the railroad station left the
city and she never saw them again. Apparently they
traveled some place else. She also noticed that
before leaving they went to the ticket window, said
something to the salesman, and got a ticket. She
stood in line, listened carefully to what the person
in front of her said to the ticket salesman,
repeated what that person said, and then traveled
wherever he traveled. In this way she moved about
the country from one city to another. After some
time, her money was running out and she decided to
settle down in the next city she came to, to find
employment, and to live there the rest of her life.
But when she came to this decision she was in a small
town in Wisconsin from which no one that day was
traveling. However, in the course of moving about
she had picked up a bit of English. So finally she
went to the ticket window and said to the man there,
“Where would you go if you were going?” He named a
small town in Ohio where she lives to this day.
2
Probablemente conozcan ésa sobre los dos
monjes, pero la voy a contar
de todas formas. Un día
estaban caminando cuando llegaron a
un arroyo donde una chica estaba
esperando, con la esperanza de que alguien
pudiera ayudarla a cruzar.
Sin dudarlo, uno
de los monjes la levantó y la
llevó, dejándola
segura en la otra orilla.
Los dos monjes siguieron caminando,
y después de algún tiempo,
el segundo,
incapaz de contenerse,
le dijo al primero,
“Sabés que no nos está
permitido tocar a las mujeres.
¿Por qué cargaste a esa chica
a través del arroyo?”
El primer monje respondió:
“Dejala.
yo la dejé hace dos horas”
***
2
You probably know the one about the two
monks, but I’ll tell it
anyway. They were
walking along one day when they came to
a stream where a young lady was
waiting, hoping that someone
would help her across.
Without hesitating, one
of the monks picked her up and carried
her across, putting her
down safely on the other side.
The two monks continued walking along,
and after some time,
the second one,
unable to restrain himself,
said to the first,
“You know we’re not
allowed to touch women.
Why did you carry that woman
across the stream?”
The first monk replied,
“Put her down.
I did two hours ago.”
14
Ya hemos tocado Winter Music
un buen número de veces. No
llevo la cuenta. La primera vez
que la tocamos, los silencios parecían
demasiado largos y los sonidos parecían muy
separados en el espacio, sin estorbarse
unos con otros. En Estocolmo
sin embargo, cuando la tocamos en la Ópera
como un interludio entre dos piezas de
baile de Merce Cunningham y Carolyn
Brown a principios de octubre, me dí cuenta
de que se había convertido en melódica.
Christian Wolff predijo esto
años atrás. Me dijo —
estábamos
caminando por Seventeenth Street
hablando — me dijo, “No
importa lo que hagamos siempre termina
siendo melódico.” Según tengo entendido
esto le pasó a Webern
hace años. Karlheinz
Stockhausen una vez me dijo — estábamos en
Copenhage — “exijo dos
cosas de un compositor:
invención y que pueda asombrarme.”
***
14
We’ve now played the Winter Music
quite a number of times. I
haven’t kept count. When we
first played it, the silences seemed
very long and the sounds seemed really
separated in space, not obstructing
one another. In Stockholm,
however, when we played it at the Opera
as an interlude in the dance program
given by Merce Cunningham and Carolyn
Brown early one October, I noticed
that it had become melodic.
Christian Wolff prophesied this to me
years ago. He said — we
were walking along Seventeenth Street
talking — he said, “No
matter what we do it ends by
being melodic.” As far as I
am concerned this happened to Webern
years ago. Karlheinz
Stockhausen once told me — we were in
Copenhagen — “I demand two
things from a composer:
invention and that he astonish me.”
Noticia Biográfica
John Cage (Los Ángeles, 1912 – Nueva York, 1992) fue un compositor, instrumentista, filósofo, teórico musical, poeta, artista, pintor, aficionado a la micología y recolector de setas estadounidense. Pionero de la música aleatoria, de la música electrónica y del uso no estándar de instrumentos musicales, Cage fue una de las figuras principales del avant garde de posguerra. A través de sus estudios de filosofía india y budismo zen a finales de los años 1940, Cage llegó a la idea de la música aleatoria o música controlada por azar, que comenzó a componer en 1951. Cage es conocido principalmente por su composición de 4′33″, tres movimientos que se interpretan sin tocar una sola nota. Otra famosa creación de Cage es el piano preparado, para el que escribió numerosas obras relacionadas con la danza y varias piezas para concierto.