Edición 16
Dança general de la muerte (un fragmento)
La Dança general de la muerte, escrita en el siglo xv, es la versión castellana de un tema extendido por toda Europa occidental durante la época del “otoño de la Edad Media”. Como dice el historiador holandés Johan Huizinga, quien acuñó esta expresión, “no hay época que haya impreso a todo el mundo la imagen de la muerte con tan continuada insistencia como el siglo XV”. Tanto es así que la muerte adopta forma y voz y se convierte, por encima de papas y emperadores, en la única fuerza incontestable sobre la tierra. En la poesía, en los frescos de las iglesias y los cementerios, en la prédica religiosa, en las procesiones y en las historias populares la muerte aparece cantando y haciendo sonar sus instrumentos. Ella misma dirige la danza, invitándolos a todos, y nadie, de ningún estado, se puede negar. A continuación reproducimos las primeras estrofas de la Dança general de la muerte, según la transcripción de Margherita Morreale (Revista de Literatura Medieval. III. 1991, pp. 9-50).
*El anterior texto y el glosario de términos que se encuentra al final de este fragmento fue preparado por Pablo Miguel Román Osorio. Colaborador asiduo de Otro Páramo, nació en la capital de Estados Unidos pero creció en el español de Bogotá. Hoy por hoy se dedica a desaprender el pasado y a aprender a escribir.
Dize la muerte:
Yo la muerte cierta a todas criaturas
que son y serán en el mundo durante,
demando e digo: —Oh omne que curas
de vida tan breve en punto passante,
pues non ay tan fuerte nin rezio gigante
que d’este mi arco se puede amparar,
conviene que mueras quando lo tirar
con esta mi frecha cruel traspassante:
¿qué locura es ésta tan magnifiesta
que piensas tú, omne, que el otro morrá,
e tú fincarás, por ser bien compuesta
la tu complisión, e que durará?
Non eres cierto si en punto verná
sobre ti a desora alguna corrupción
de landre o carbonco, o tal implisión
por que el tu vil cuerpo se desatará.
¿O piensas por ser mancebo valiente
o niño de días, que alueñe seré,
e fasta que llegues a viejo impotente
la mi venida me detardaré?
Avísate bien, que yo llegaré
a ti a desora; que non he cuidado
que seas mancebo o viejo cansado:
qual yo te fallare, tal te levaré.
La plática muestra seer pura verdad
aquesto que digo, sin otra fallencia.
La santa escritura con certenidad
da sobre todo su firme sentencia,
a todos diziendo: —Fazed penitencia,
que a morir avedes, non sabedes quándo;
si non ved el fraire que está pedricando;
mirad lo que dize de su grand sabiencia.
Dize el predicador:
Señores onrados, la santa escritura
demuestra e dize que todo omne nado
gostar ha la muerte maguer sea dura,
que traxo al mundo un solo bocado;
ca papa, o rey, o obispo sagrado,
cardenal, o duque e conde excelente,
el emperador con toda su gente
que son en el mundo, morir han forçado.
Bueno e sano consejo
Señores, punad en fazer buenas obras;
non vos enfuziedes en altos estados,
que non vos valdrán tesoros nin doblas
a la muerte que tiene sus lazos parados.
Gemid vuestras culpas, dezid los pecados
en quanto pudierdes con sastifación,
si aver queredes complido perdón
de Aquél que perdona los yerros passados.
Fazed lo que digo, non vos detardedes,
que ya la muerte comiença a ordenar
una dança esquiva de que non podedes
por cosa ninguna que sea escapar;
a la qual dize que quiere levar
a todos nosotros, lanzando sus redes.
Abrid las orejas, que agora oiredes
de su charambela un triste cantar.
Dize la muerte:
A la dança mortal venit los nacidos
que en el mundo sodes de qualquiera estado;
el que non quisiere, a fuerça e amidos
fazer le he venir muy tosté priado.
Pues que ya el fraire vos ha pedricado
que todos vayades a fazer penitencia;
el que non quisiere poner diligencia,
por mí ya non puede ser más esperado.
Primeramente llama a su dança a dos donzellas
A esta mi dança traxe de presente
estas dos donzellas que vedes fermosas;
ellas vinieron de muy mala mente
oír mis canciones que son dolorosas;
mas non les valdrán flores e rosas
nin las composturas que poner solían.
De mí si pudiessen partir se querrían;
mas non puede ser, que son mis esposas.
A éstas e a todos, por las aposturas
daré fealdad, la vida partida,
e desnudedad por las vestiduras,
por siempre jamás muy triste, aborrida;
e por los palacios daré por medida
sepulcros escuros, dedentro fedientes,
e por los manjares, gusanos royentes
que coman dedentro su carne podrida.
E porque el Santo Padre es alto señor,
que en todo el mundo non ay su par.
d’esta mi dança será guiador;
desnude su capa, comience a sotar.
Non es ya tiempo de perdones dar,
nin de celebrar en grande aparato;
e yo le daré en breve mal rato.
Dançad, Padre Santo, sin más detardar.
Glosario de términos
Fincarás: permanecerás, quedarás.
Complisión: complexión.
Landre o carbonco (carbunclo): especies de tumores, síntomas de la peste negra.
Implisión: implosión.
Alueñe: lejos.
Maguer: aunque.
Punad: esforzaos.
Enfuziedes: confiéis.
Esquiva: nociva, perjudicial.
Charambela: especie de flauta.
Amidos: a la fuerza, de mala gana.
Muy toste priado: en seguida, con presteza.
Aposturas: buen parecer.
Sotar: bailar.
Aparato: adorno, pompa.
Noticia Biográfica
Autor anónimo