Edición 23
La poesía se burla de las narices – Robinson Quintero Ossa
En cada envío de La poesía se burla, el poeta colombiano Robinson Quintero Ossa nos muestra poemas —acompañados de una breve reflexión— que aluden satíricamente a alguna realidad. En esta ocasión, el poeta se burla de las narices.
1.
La nariz de Menipo
Es la nariz de Menipo
la que cercana ya advierto:
Menipo mismo no debe
estar por lo tanto lejos.
Ya llegará, todo es
que con calma lo esperemos
porque calculo estará
cinco estadios, más bien menos,
distante de aquí. Desde un cerro
algo empinado,
tal vez al mismo Menipo
tras su nariz distinguiéramos.
Nicareo
(Traducción de Ángel Lasso de la Vega)
No cito este poema de Nicareo –quien parece que corto fue de ñatas–, para aludir a mentirosos que –como sucedía con Pinocho–, cada vez que mienten, parece crecerles la nariz: estadísticos que inflan las cifras de elecciones, funcionarios que falsean los índices de empleo, magos que adulteran los picos de inflación. No. Tampoco lo cito para guiñar a falsos testigos, jueces comprados, abogados pancistas, fiscales corruptos, curas fuleros: narigones de marca mayor. No. Tampoco lo cito para infamar a periódicos propagandistas, apoderados de empresa, políticos de balcón, gorrones de la cultura, poetas escaladores: aguileños de miedo. No. Cito este poema para mostrar a los lectores cuán prominente era la nariz de Menipo que –como decía Polo de Medina de la nariguda de Beatriz– primero que él salía de su casa, y tan delante pasaba, que ya pasaba de nariz.
2.
A una nariz larga
Aún más que la vista, larga
su nariz Lícidas tiene.
En vano sonarse Lícidas puede;
para llegar hasta ella
su brazo es corto, y si viénenle
ganas de algún estornudo,
es tan lejano y tan tenue
para su oído el estruendo
que produce, has de creerme,
que su oído ni aun lo llega
a percibir, y sucede
que nadie a decirle acude:
¡Buena nariz! ¡Que aproveche!
Damieno
¡Cómo así, Damieno, que en vano Lícidas su nariz podía sonarse, pues corto era de brazo para llegar hasta ella! ¡De dónde sacas, zumbón, que si soltaba un estornudo, su oído apenas el estruendo percibía! ¡Y qué es eso de que más larga que la vista, Lícidas, su nariz tenía! Corto de figuras literarias te sabrías, Damieno, si vivieras para ver la narizota que anuncia, mucho antes de que él asome, la llegada de Noreña. Tres narices de Lícidas, Noreña, sostiene en una sola. ¡Y tal vez más! — ¡Buena nariz! ¡Que aproveche!
Vea también: La poesía se burla del escritor de oficio – Robinson Quintero Ossa
Noticia Biográfica
Robinson Quintero Ossa es poeta, ensayista y periodista literario. Licenciado en Comunicación Social y Periodismo por la Universidad Externado de Colombia. Libros de poemas: De viaje (1994), Hay que cantar (1998) y La poesía es un viaje (2004). Ediciones Catapulta publicó en 2006 su breve antología de oficios El poeta es quien más tiene que hacer al levantarse, y La Universidad Externado de Colombia, en 2013, en su colección "Un libro por centavos", la selección de poemas Los días son dioses. Ha publicado libros de investigación literaria y de periodismo literario. Sus obras de ensayo son: "Un panorama de las tres últimas décadas" para el libro Historia de la poesía colombiana (2009), junto a Luis Germán Sierra, y Libro de los enemigos (2013) “Beca de Creación en Ensayo, Alcaldía de Medellín 2012". Como director de talleres literarios, ha trabajado para la Casa de Poesía Silva, las bibliotecas públicas de Comfenalco-Antioquia, el Taller de Letras de la Fundación Jordi e Serra. En la actualidad orienta los talleres de creación literaria La máquina de cantar y compone, junto a Fernando Linero, el grupo musical El poeta canta dos veces.