Edición 5
Cinco poemas de Yanina Audisio
Poemas del libro: La boca y su testigo, Buenos Aires, 2014.
Y después
Todo se equivoca
Despacio entre la desolación
La furia
Un lejano deseo de lámpara
Erige en una mancha un cuerpo
Y después
Que nadie diga dónde
Que nadie nazca de repente
En ese espacio esa fatiga
Conduce la falta
El cuerpo hace su molestia
De animal desorientado
Postbélico
Abraza un ángulo
Ciego de una tormenta reciente
Que lo devora
La parte tenue parpadea
Como si gritáramos tristeza
En una noche de faroles
Todo se equivoca
Y después
Otro modo de la sombra
Salpica la arquitectura difusa
De una ciudad universal
Será la tierra que nos separa
Será la tierra
Que nadie diga
Los mundos son paralelos
Duelen por este y el otro costado
Que nadie nazca de repente
Ya pronto
Otro cielo será
Roto.
La boca y su testigo
Un espejito tachado
Oculto entre la ropa
Replica la carne
Como si fuera posible
Una pulgada se libera
De la tiranía del tamaño
Detrás de las cruces
Un espejo abre la boca
Otra vez
El pecho desacomoda
Su movimiento
En el espejo recorta
La huida otra cruz
Acentúa el derramamiento
Cuando se parte
Entre la ropa
El espejito qué importa
Si tachado
Si con carne
Bajo el abrazo que llega
Accidental
Inoportuno
El abrigo aparece
Destemplado
Como un paraguas roto.
Órgano
No hay lugar para bañarnos
Fuera de esta deriva
Del viento marrón
Somos criaturas que huelen mal
Silencios deletreados en el vientre
De las palabras
La lengua seca
De las palabras a repetición
La carne hervida de tragar agua y recuerdo
Pero la lengua
Hace de órgano de impedimento
No alcanza
Ni la caricia cerca del dolor
Ni esa pequeña reconciliación
De las palabras
Por un rato
La nube derramada
Incrusta un fusil en el vientre
Y persigue
Una huida
Contener la promesa de la ausencia
Y la búsqueda
Del recuerdo por el agua
De la recuperación por las manos
De las palabras
Pisando su vestido
La lengua
Como órgano de impedimento.
Llamado
A cuatro cuadras espera mi muerte
En horario diurno y hasta las diez
De la noche
Espera este pellizco de carne cansada
Para clavar los dedos
Entre la caída y el sueño
A cuatro cuadras
Contando desde esta baldosa
Espera mi muerte pasando de a cinco minutos
Con intervalos regulares
A veces y con suerte
La escucho
Llena de fastidio y apuro
Rugiendo como solo se ruge debajo de la tierra
A cuatro cuadras de la boca que se seca
Del sabor de insecto estrenándose en las encías
Espera mi muerte gimiendo
Como solo se gime cuando se es madre
Y el cachorro está perdido.
Masticación y boceto
La hora de la masticación
Y el boceto
Esa otra forma de cercar el vacío
Donde ellos repiten
Una cena a las siete
De la tarde
Abultar el hambre con la insistencia
Arrancada del vientre
De la tierra
Asumir su color su sequedad
Su amargura
En los labios
Esa otra forma de corresponder el vacío
Corrige cualquier ganancia
Hacia el territorio del sueño
Alguien mira cómo se miran
Los que absorben la luz
Hasta agotarla
Mirar para decir ellos también
Tienen paredes con cuadros
Aunque tampoco miren
La luz es el hachazo
Sobre el esplendor del tubérculo
Todo lo que crece
Ellos lo saben
Todo lo que crece
Para ellos
Lo saben
Crece para abajo
La hora de la masticación
Donde alguien acusa
La inutilidad del boceto.
Noticia Biográfica
Yanina Audisio (Argentina, 1983). Licenciada en Psicología y Magíster en Salud Pública. Escribe poesía y narrativa. Recientemente publicó el poemario La noche en los perros (Expreso Nova Ediciones, Buenos Aires, 2013). Realiza traducciones de poesía en lengua inglesa y corrige textos literarios. Colabora con diversas páginas y blogs de literatura. Coordina el grupo Las Puntas del Clavo en Buenos Aires. Su poemario La boca y su testigo, de próxima edición, ha sido premiado en el 7mo Concurso de Cuento y Poesía “Adolfo Bioy Casaresâ€, organizado por la Municipalidad de Las Flores, Provincia de Buenos Aires.