Edición 9
Raquel Abend van Dalen: poesía venezolana
Hay noticias que apoyan su espalda contra una mudez
que no pueden sobornar.
Es necesario aprender a traducir lo que no dicen
los hechos. Es necesario enseñarles a callar
en otra lengua.
***
Alguna mujer taiwanesa iba caminando
por alguna calle que se convertía en otra
y que iba cruzada por alguna avenida del West Village y
algún perro de alguna raza blanca le pasó a un lado
y ella pensó en su novio de barba blanca y en que su boda ocurriría
en solo un mes
y en ese instante pasó por la construcción de algún
edificio y un trozo de alguna madera se desprendió y
la golpeó en la cabeza.
Alguna mujer taiwanesa murió en el acto, aunque los noticieros
dijeran que falleció en algún hospital por un derrame cerebral.
“Tina Nguyen, 37 años, iba chateando por el celular cuando
ocurrió el incidente”.
El funeral de alguna mujer taiwanesa vestida de novia
en algún ataúd fue cortejado por algún novio llorón y algunas
damas que calzaban zapatos rojos.
***
de la Santísima Trinidad
se baña mirando el mármol
de las paredes
hay caras, hay órganos,
hay animales abiertos y feroces que
la miran a ella.
de la Santísima Trinidad
es la única que permanece con la boca cerrada
al momento de la comunión.
Fila de sapos altos
lanzan su lengua hacia adelante
y su extremo pegajoso
atrapa a la presa.
***
Ocurrió mientras el heladero pasó por su calle
El santito fue bajado de su altar
y fue guardado en una cajita
común y corriente
en el closet de alguna viejita
del cafetal.
***
y, pues, sobrevivimos porque fuimos
paridos a imagen y semenjanza
de una desaparición que muy
pocos entienden
no hay afinidad con el pasado
ni la trasgresión de un futuro inhóspito
comemos la hostia arrancada de su carne
sin sal o pimienta o hiervas italianas
la santidad es inodora en este mundo.
***
tardé un año en volverme a confesar.
Esta vez tuve que hacerlo en inglés,
en un cuarto oscuro, sin paredes o límites físicos,
dónde está el sacerdote, cuánto espacio hay entre los dos,
qué le digo, pienso, subiendo mis manos a la altura de
mi quijada, doy pasos en falso,
me caigo repetidas veces mientras trato de pensar
por qué me estoy disculpando.
Escucho que me habla una voz marchita y ronca
tan aburrida como la de un funcionario público,
eso es, pienso, un funcionario público que no quiere
saber por qué me estoy disculpando.
***
Idea para un comercial de Benetton
Veo a un sacerdote que
da comunión a las homosexuales a las latinas a las divorciadas a las transexuales a las casadas a las indias a las otras indias a las viudas a las heterosexuales a las europeas a las machistas a las asiáticas a las hermafroditas a las nazis a las negras a las blancas a las bisexuales a las histéricas a las monjas
***
los campanarios daban vueltas de canela. Era un órgano triturado lo que recorría las paredes, las tuberías dentro de esas paredes, hasta fermentarse en una alcantarilla. Todo lo que se lanza por una reja, acaba por ser más que un diluido físico.
Allá el dorado óxido de esa lengua que lubrica las campanas desde su interior.
hoy no se come carne
Noticia Biográfica
Raquel Abend van Dalen. Caracas, 1989. Licenciada en Comunicación Social por la Universidad Monteávila y Magíster en Escritura Creativa en Espaí±ol por la New York University. Autora de los poemarios: Sobre las fábricas, (Mención Honorífica del XIII Concurso Transgenérico convocado por la Sociedad de Amigos de la Cultura Urbana; Nueva York, Sudaquia Editores, 2014) y Lengua Mundana (Bogotá, Común Presencia Editores, 2012); de la novela Andor (Caracas, Bid&Co. Editor, 2013), y coautora del libro Los días pasan y las formas regresan (Caracas, Bid&Co. Editor, 2013). Lleva el blog Expedientes M, de entrevistas a escritores hispanoparlantes.