Edición 26
Tres poemas de Sujata Bhatt
*Traducido por Tania Ganitsky (Bogotá, 1986). Profesional en Estudios Literarios con maestría en Filosofía y en Literatura. En el 2009 ganó el Concurso Nacional de Poesía de la Universidad Externado de Colombia con la selección de poemas El don del desierto. En el 2014 obtuvo el Premio Nacional de Poesía Obra Inédita con su primer libro: Dos cuerpos menos (2015). Actualmente cursa un doctorado en Filosofía y Literatura en Inglaterra y adelanta una tesis sobre Emily Dickinson y Paul Celan.
¿Qué es exótico?
para Hasso Krull
Suecia es exótica —
y también toda Finlandia.
Los arándanos desde luego lo son.
Estonia es exótica –
y también la palabra lagartija
en estonio: sisalik.
Pero la lagartija en sí
es mi hermana – esas tardes calurosas
en las que entra a casa
para esconderse –
***
What is Exotic?
for Hasso Krull
Sweden is exotic –
and so is all of Finland.
Whortleberries certainly are.
Estonia is exotic –
and so is the Estonian word
for lizard: sisalik.
But the lizard herself
is my sister – those hot afternoons
when she comes indoors
to hide –
Negrura inesperada
Caracas, Julio 2005
Como yo nunca había visto una ardilla negra
creí que era lo más negro de la tierra.
Más negra que el más negro labrador,
más negra que el rostro más negro de un langur,
más negra que el cabello de Kazuko Shiraishi,
a quien la ardilla apreció
a su manera.
No importa la obsidiana,
y aún menos un cuervo.
No pienses en el pozo más profundo
en una noche sin luna, sin estrellas.
Olvida el carbón, olvida el petróleo.
Esta ardilla era más negra
que el corazón más negro al interior de nuestra tierra.
¿Y qué hicimos
Kazuko y yo?
Estuvimos ahí paradas preguntándonos
“¿y ahora qué?”
¿Se atrevería esta ardilla
a soltar
la corteza del árbol
y saltar de un lado a otro
los hombros de Simón Bolívar?
¿O era tan mansa que lo respetaría?
Estuvimos ahí paradas aprendiéndonos a esta ardilla de memoria,
siguiendo sus movimientos enérgicos, ligeros –
Estuvimos ahí paradas aprendiéndonos esta negrura de memoria,
una negrura que palpitaba a través de
los árboles rajados por el sol,
vibrando con tanta luz,
sentimos que debíamos comenzar de nuevo,
alterar nuestro viaje, prolongar nuestro silencio,
reaprendernos –
***
Unexpected Blackness
Caracas, July 2005
Because I had never seen a black squirrel
I thought it was the blackest thing on earth.
Blacker than the blackest Labrador,
blacker than the blackest face of a langur,
blacker than Kazuko Shiraishi’s hair
which the squirrel appraised
in its own fashion.
Never mind obsidian,
let alone a raven.
Don’t think of the deepest well
on a moonless, starless night.
Forget coal, forget oil.
This squirrel was blacker
than the blackest core within our earth.
And what did we do,
Kazuko and I?
We stood there wondering
‘What next?’
Would this squirrel dare
to let go
of the bark on its tree
and leap over
across Simón Bolivar’s shoulders?
Or was it tame enough to show some respect?
We stood there learning this squirrel by heart,
following its well-fed, glossy movements –
We stood there learning this blackness by heart,
a blackness pulsing through
sun slashed trees,
rippling with so much light,
we felt we must begin again,
alter our journey, prolong our silence,
relearn our selves –
El olor de las lilas
El olor de las lilas
fortalecía sus nervios –
Y no podía vivir sin
el olor de las manzanas podridas –
Aquí es donde se sentó a escribir
Wilhelm Tell en seis semanas –
Y cuando se cansaba
apoyaba su cabeza
sobre el escritorio
y tomaba una siesta.
Tuvo dos hijos,
Karl y Ernst.
Y ocho años después de su muerte,
su viuda, Charlotte, le escribió esto
a Ernst, el más joven:
El escritorio fue teñido hace poco
y está bajo el retrato de Karl.
No debe usarse,
solo por ti – si quieres.
Hoy me consuela
ver este escritorio –
antes me hacía sufrir.
★
Teníamos lilas
para las mariposas –
Y cada mayo florecían.
Y cada mayo ella cortaba unas ramas
y las ponía en casa.
★
Estas noches brillan tanto que no podemos dormir.
La luna nos mantiene despiertos
y después, esperamos al ruiseñor.
Estas noches escuchamos
a los animales allá afuera,
su hambre se toma nuestras vidas.
★
Cuatro osos viven
con cinco monos
en un zoo.
Su guardia
quiere que peleen
pero no lo hacen.
Todos los días pueden oler
la carne humana quemándose, quemándose –
Los enferma.
El alambre de púas,
por otra parte,
parece importante.
★
Desde el zoo
se puede ver
el crematorio.
Y por aquí tenemos
las letrinas de los prisioneros.
Es difícil mantenerlo todo limpio.
Cerca del crematorio
hay un sótano
con cuarenta y ocho ganchos para los colgados.
Y por aquí
tenemos los barracones nuevos
para quienes son hábiles con sus manos.
★
Y por aquí
entre los osos y los monos
y el crematorio –
entre las letrinas de los prisioneros
y el sótano
con los cuarenta y ocho ganchos para los colgados –
trajeron el escritorio de Schiller,
para protegerlo
de los bombardeos.
Y después le ordenaron a los prisioneros
copiarlo.
¿Pero qué pensaron esos prisioneros?
¿Y puedes imaginarte
lo que dijeron
mientras medían el escritorio de Schiller?
★
Yo los imagino en silencio,
cada uno extraviado en su aturdimiento.
Algunos de los trabajadores eran noruegos.
Incluso a Willy Werth, un maestro artesano,
reconocido por sus modelos de naves –
naves vikingas – lo imagino en silencio.
¿Les darían madera de manzano?
¿Cuánto podían avanzar?
¿Pensarían en el siglo dieciocho?
¿Qué sonidos oían
a través de las ventanas?
¿Podían escuchar a los osos y a los monos?
¿Y si hablaban,
hablarían de Schiller,
de lo que aprendieron en la escuela?
¿Y podían hablar de lo que quisieran?
¿Qué habrías dicho tú, qué habrías hecho
para salvar tu vida?
★
18 de octubre, 1943
Por fin, la copia
del escritorio de Schiller ha sido entregada.
Una copia que puede confundirse fácilmente
con el original.
Una copia hecha en Buchenwald
por los prisioneros.
Y después almacenan el escritorio original de Schiller
en casa de Nietzsche.
La fecha es 1943.
Y yo pregunto:
Durante esos días,
¿alguien se sentó en el escritorio de Schiller –
en la copia de su escritorio?
Y si es así,
entonces, ¿qué se hizo ahí?
¿qué se escribió ahí?
***
The Smell of Lilacs
The smell of lilacs
strengthened his nerves –
And he couldn’t live without
the smell of rotten apples –
This is where he sat and wrote
Wilhelm Tell in six weeks –
And when he was tired
he laid his head
upon his desk
and took a nap.
He had two sons,
Karl and Ernst.
And eight years after his death,
his widow, Charlotte, wrote this
to Ernst, the younger one:
The desk has been newly stained
and stands under Karl’s picture.
It’s not meant to be used,
only by you – if you want.
It’s comforting to me now,
to see this desk –
it was painful before.
★
We kept lilacs
for the butterflies –
And every May, they blossomed.
And every May, she cut some branches
and brought them in the house.
★
These nights are so bright we cannot sleep.
The moon keeps us awake
and then, we wait for the nightingale.
These nights we listen
to the animals outside,
their hunger taking over our lives.
★
Four bears live
with five monkeys
in a zoo.
Their keeper
wants them to fight
but they don’t.
Every day they can smell
human flesh burning, burning –
It makes them sick.
The barbed wire,
on the other hand,
feels important.
★
From the zoo
one can see
the crematorium.
And over here
we have the prisoner’s latrines.
It’s hard to keep everything clean.
Near the crematorium
there’s a cellar
with forty-eight hooks for the hangings.
And over here
we have new barracks
for those who are good with their hands.
★
And over here
between the bears and the monkeys
and the crematorium –
between the prisoners’ latrines
and the cellar
with forty-eight hooks for the hangings –
they brought Schiller’s desk,
to save it
from the bombings.
And then, they ordered their prisoners
to make a copy of it.
But what did those prisoners think?
And can you imagine
what they said
as they measured Schiller’s desk?
★
I imagine them silent,
each lost in his own numbness.
Some of the workers were Norwegian.
Even Willy Werth, master craftsman,
famous for his model ships –
Viking ships – I imagine him silent.
Were they given apple wood?
How far could they go?
Did they look back to the eighteenth century?
What sounds did they hear
through the windows?
Could they hear the bears and the monkeys?
And if they spoke?
Did they speak of Schiller,
what they had learnt in school?
And were they free to speak their minds?
What would you have said, what would you have done
to save your life?
★
18 October 1943.
At last, the copy
of Schiller’s desk is delivered.
A copy easily mistaken
for the original.
A copy made in Buchenwald
by prisoners.
And then, Schiller’s own desk is stowed away
in Nietzsche’s house.
It is 1943.
And I ask:
During these days
did anyone sit at Schiller’s desk –
at the copy of his desk?
And if so,
then, what was done –
what was written there?
Vea también:Tengo la lengua rota porque escribo: Angela Marinescu
Noticia Biográfica
Sujata Bhatt nació en Ahmedabad, India, en 1956. Durante su infancia vivió en Pune hasta que su familia se mudó a Norte América en 1968. Ha sido merecedora de múltiples premios y ha publicado nueve libros de poesía. Actualmente reside en Alemania. Los poemas de esta selección han sido tomados de su libro Pure Lizard (Carcanet, 2008).