Edición 27
Juan Cristóbal Mac Lean: poesía boliviana
viva buda
en vez de tener una sola camisa
tengo cientos de corbatas
cajones atestados y roperos
varios guatos de zapato enormes espejos
me visto muy bien
me visto muy bien lo repiten
las tiernas lavanderas
que en turnos diurnos y nocturnos
lavan mi ropa
antes de dormirme apago melancólicos cigarrillos
en mis sábanas trajinadas
y al verme las jóvenes costureras
que en turnos diurnos y nocturnos en vano
las remiendan lloran emocionadas
preguntándome cómo he dormido
en vez de tener una sola camisa
tengo cientos
cientos de camisas que varios diáconos
exactamente en los turnos arriba mencionados
bendicen en aguas consagradas y demás inciensos
sobre todo me gusta ver y he de decirlo
aunque desdeñe toda confidencia
me gusta ver mi ropa secando al sol
qué hermoso espectáculo
hasta donde se pierda la vista
tantos balcones antenas de t.v.
y hasta estaciones ferroviarias canchas de fútbol
que he tenido que alquilar por los barrios
de las lavanderas tan tiernas
de las costureras tan jóvenes
que me visten emocionadas
¿que si soy feliz?
—me preguntan sabios venidos de todas partes
pues claro que lo soy
y precisamente sépanlo de una vez:
la camisa del hombre feliz
esa famosa camisa
yo se la presté
y a veces buda en persona
viene a mirar conmigo
el paisaje
el paisaje
de mi única
camisa
secando al sol
—vaya
me dice buda
lacónicamente:
qué bonitas camisas
maestro
tómame
tómame
la que quieras
aquella, me dice
esa de allá
Retrato
Yo tenía tantos años
como los que tiene un niño
cuando está enfermo
y encomendado nada más que a la dulzura
de la madre y el recreo; atento al mundo ese
que la realidad, o la fiebre, disponen
en el cielo
raso.
Pero entonces le pedí a mi madre
que posara.
Ella se sentó al frente
y con los lápices de colores
sobre una hoja rectangular
que sigue cayendo
de todos los árboles del mundo
hice el retrato de mi madre
hice el retrato del alma de mi madre.
Qué será de ese retrato
en qué cajón de la vida habrá quedado.
Sea como sea, sé que no lo he perdido:
tal vez se asoma entre estas líneas
desordena la otra línea de un dibujo tuyo
o titubea en cada gota
que al final cae
en tu jardín.
Tres cosas en noviembre
La mesa
La mesa toda
depende apenas
de la justicia de su mástil:
este florero
que desordena la línea recta
de la que la luz huye
al sumergirse entre las flores apenas
puestas en la madera de la mesa.
Y abajo el maderamen el naufragio
su herida ley bordada en el tapete,
la carpintería de las barcas hechas tablas
el posible pan
que hunde la madera.
La luz
Atraviesa el cristal viniendo
de no se sabe dónde
e implacable se derrama
sobre el doméstico pacto
de vivir, y clava la sombra
al aire, el florero
a la madera el alma
al cuerpo.
Las flores
Simplemente están ahí, entre otras cosas
que hay en la mesa, por mucho que esté lloviendo
tan desordenadamente
que un rayo de sol cruza la lluvia cruza
la ventana
cae
y el pétalo amarillo, descubierto por la luz
queda invadido más allá
sin respirar
cuidando del florero
del mundo quizá de algo
de la luz.
Como aletas de peces
se abren las hojas del cuaderno
letra a letra
aleta a aleta
buscando
en el turbio mar
letras derramadas
o la tinta, también negra
de las caligrafías abisales.
O como alas de aves
se abren las hojas del cuaderno
pluma a pluma cuidando el aire
que de aire en aire se deshace
de plumas se atavía
y sus tachaduras son el viento
su silencio el pájaro que vuela
vivo rodeado de visitas
que tímidas vienen con su balde
vacío de agua
a preguntarme cómo es el mar
en enero gota a gota ante la pila
visitas dotadas de su modesta plomería
su manantial irremediable
que va regando
las canchas los lotes; decora las ventanillas
que tan descabelladamente
aún piensan en naufragios y
se reúnen aquí, a la hora del té,
sostenidas en su tímida invisibilidad
pactando con el aire transparente
las costumbres del jardín
o los horarios de recogida del agua
en el grifo barrial
cómo será el mar
vuelven a preguntarme
mirando al cosmos
atentas a su balde
Vea también: Henry Alexander Gómez: Tratado del alba
Noticia Biográfica
Juan Cristóbal Mac Lean (Cochabamba, 1958) publicó los siguientes libros: Paran los clamores (poesía), Plural Ediciones 1997, Transectos (ensayos, prosas), Plural, 2002, Por el ojo de una espina (poesía), Plural 2005, Fe de errancias (ensayos/prosas), Plural, 2008. Tras el cristal (poesía), Plural, 2012. Cuaderno (ensayos/prosas), Plural, 2014. Este aí±o publicará otro libro de poemas y, el próximo, uno sobre poesía; el primero está casi concluido, el segundo, haciéndose.
Tiene varios libros traducidos del inglés y el francés y practica cierto tipo de pintura. Ha vivido en varios lugares del mundo, y actualmente, a regaí±adientes, vive en su ciudad natal.