Edición 28
Liliana Gastelbondo Bernal, poeta colombiana
En el útero
Una niña atemorizada
se empeña en estar
en el vientre.
No quiere conocer el sabor de la lágrima
solo desea el calor de la placenta
y sentirse cómoda.
Es un animal triste al nacer
forzada a respirar día tras día
entre otros abismos.
Con su llanto saluda al mundo
y se despide del primer deseo roto.
Ahora ve y es vista.
Camino familiar
El padre
dibuja la historia
la madre
modela el verbo.
El hijo
traduce algunos episodios
padre
madre
e hijo.
El mundo en colisión
y la manada lo ignora.
Mínimos
Nada que no seremos
señalan
nuestras huellas particulares
Regalos
Obsequiábamos
piedras pintadas de mil colores.
Pendientes de cada detalle
les dábamos varias formas con el pincel.
Creíamos que cada una era
una persona muerta transformada en mineral
destinada a vivir en la montaña
o junto al río y su cauce.
Te regalamos con nuestras piedras modificadas
quizá la resistencia, en constante agitación,
hechas por nuestras manos que saben
colorear el silencio.
Lugar común
No quiero hablar del lugar común
de los niños tristes, pero sonrientes
cada vez que muestran los dientes en el álbum escolar.
De los viernes de fiesta o en quiebra
por traer vientos de cambio,
en cines y centros comerciales
para solitarios o vampiros.
No quiero hablar de las deudas impuestas
por el amor: la hipoteca familiar, la pensión escolar,
los impuestos legales y los vicios caseros.
No quiero hablar de los políticos alejados de la gente,
de las virtudes antisociales de la banca,
del deterioro de nuestra tierra.
No quiero hablar de las manos que se estrechan
en un tratado de paz
y se rompe ante el menor gesto concordado,
pausa, grito, tos o respingo.
No quiero hablar
de los enamorados sin sexo
cuando descubren el lado personal de su placer.
Tal vez quisiera
hablarte de otra manera
sin tres de la mañana
con ganas de morir al mundo.
Muy lejos del lugar común.
Agua lluvia
Tinto de lodazales
en tazas de aire.
í‰ramos libres
al tomar el café de los charcos
y al caminar bajo la lluvia
con paraguas cerrados.
Sobrevivíamos sin inmunidad.
Unos días que no dejarán
de empapar ni de escribirse
por encima de nosotros.
El padre
Era el padre
de la desilusión
del error.
Solía alumbrarme
con su sonrisa ebria
o acariciar mi pelo
en espirales a la nada.
Luego estropeaba la calma
con un grito
al seguir el dictamen
de su enredada visión.
El padre cantó a pesar
de que el planeta no tuvo
oídos para su voz.
Perdido y confuso
al parecer como mi canción
compuesta por el desvarío.
Banda sonora
No juzgues la piel quebrada
por el paso de los planetas,
los modales toscos
ni los silencios complicados.
No juzgues con tus pastillas
ni insistas en la oración de la
serenidad
evita criticar la ausencia de juicio o
la contradicción a la orden del día.
Recuerda sobre todo no juzgar
a los hijos de los condenados
por llorar sin comprender
el estruendo del mundo.
Carta sin destinatario
Si tengo la palabra prefiero entregarle algo
de la niñez a los que respiran
sin haberla vivido
y se ven forzados a esconderla entre mercaderes.
Con velas, alumbran los siglos
al intentar
reparar el daño hecho.
Por eso la luna se esconde varias veces
para evitar oír los sollozos perdidos
de los pequeños sin origen.
Juego
Durante los juegos se acatan reglas
las del balón, las cuerdas y
las manos.
Algunos inventan nuevos caminos
en solitario
como suelen jugar los soñadores.
Vea también: Juan Cristóbal Mac Lean: poesía boliviana
Noticia Biográfica
Liliana Gastelbondo Bernal. Nació en Ibagué (Colombia). Profesional en Estudios Literarios de la Pontificia Universidad Javeriana. Escritora y gestora cultural. Algunos de sus poemas han sido publicados en El Magazín Dominical del Espectador (1999), larevista de poesía Ulrika (2003), la Antología de poetas jóvenes Verso a Verso (Fundación Verso a verso, 2005), la antología de la colección 50 Poetas colombianos y una antología (Caza de libros, 2010), la Antología de poesía contemporánea México-Colombia publicada por la Embajada de México en Colombia y Cangrejo editores (2011) y en la Revista Universidad de Antioquia. Especial siete nuevos autores colombianos. Vaso de tinta es su primer poemario y está publicado en la editorial madrileí±a Torremozas.