Edición 30
Poesía española: Miguel Floriano
De Quizá el fervor.
Solo el poema
¿Recuerdas, después del amor? Pasabas
tu mano por mi frente exhausta
casi como la luz por el crepúsculo.
Luego tu espalda me pertenecía
estricta, despaciosamente: dádiva
era su suavidad para mi tacto.
Más tarde, entrelazados, siempre
leíamos a Celan y a Kavafis,
y bajo la música excelsa de sus versos
la noche se encogía hasta volverse
indecible.
¿Recuerdas, después del amor? Si ahora
estuvieras leyendo estas palabras,
sagaz, astuta, lejanísima,
quisiera que en ellas pudieses revivir
aquellas pocas formas sublimes, aquellas
ciegas costumbres quebradizas
en cuyo hábito aprendimos el coraje.
De Claudicaciones.
Necrológica
(Introito)
Aunque a día de hoy ignoro el modo
de dirigirme a ti sin violentar
el espacio sereno del poema –que
de pura nada justifica su desidia–,
te diré: observa
cómo el polvo sepulta nuestros versos.
¿Habré empeñado mi destino, acaso el tuyo,
al perseguir solemnidad en verbos nobles,
negándome al idioma humilde
que debiera el amor haber dispuesto?
Algo de lo que fuimos hoy nos juzga
por haberlo elevado entre las cosas
con la violencia propia de nuestro deseo,
de nuestra contemplada desnudez.
Para no extraviarla entre las venganzas
del ayer y entre los fuegos
del mañana, escribir
que hoy ya es otra mi pena:
las palabras no están donde juraron.
Ha muerto la belleza de los nombres
que una tarde de abril yo fui escogiendo
para burlar tu pesadumbre.
V.
Una luz malherida penetra el ventanal
y va posándose en tu bajo vientre:
ya una región del muslo iluminada apenas.
Alguien se ha levantado para contemplarte.
Alguien se ha levantado para ver de cerca
cómo todo su ayer aquí converge
lo mismo que en aquel ascenso el ala.
¿Soy yo quien ahora observa y es desaire,
sueño de inmediatez, ventura solo?
¿Soy yo quien ahora mira sin recelo?
Alguien se ha levantado hace un segundo
para contemplarte, y acaso
toda la paz de su contemplación
sea ya signo y origen de tu cuerpo.
¿Quién es? ¿Soy yo quien a la orilla
de tu descanso no recuerda? No es posible.
Alguien se ha levantado para contemplarte.
Alguien se ha levantado para abandonarse
delante de tan pura claridad.
¿Quién es? ¿Ha amado o ha perdido?
Yeats
Sobre las lentas ruinas de la tarde,
cuando saberse ausente
ya no consuela sino que le da forma
al recuerdo más traidor,
si la voz se aventura a sostenerlas,
tus palabras ofician, exhalando
su secreto feraz, el milagro del sosiego:
renuevan la mirada y le devuelven
la inocencia al pensamiento.
Contienen la pregunta
a no pocas respuestas tus palabras.
Atesoran un mundo irreparable.
Adam Preston remata su último poema
con una aparente personificación
No me detiene la memoria de los límites:
me hundo en tu raíz y muerdo sombra.
Sé bien que siempre anhela
la luz todo lo oscuro.
Será hoy cumplimiento. Mañana
tiempo victorioso
tu belleza terrible.
Vea también: la poesía cautivante de Hart Crane.
Noticia Biográfica
Miguel Floriano (Oviedo, 1992) ha publicado los libros de poemas Diablos y virtudes (Málaga, 2013), Tratado de identidad (Barcelona, 2015). Quizá el fervor (Sevilla, 2015) y Claudicaciones (Sevilla, 2016), además de la plaquette Solícito adiós (poemas acuciados) (Gijón, 2015) y, junto con algunos compaí±eros de generación, Principios Organizativos del Patarrealismo Salvaje (Madrid, 2016). Sus versos se incluyen en las antologías Diversos (Asturias, 2015), y Re-generación (Granada, 2016). Poemas suyos se recogen en las revistas Círculo de poesía, Estación Poesía y Anáfora. Ha preparado, junto al poeta Antonio Rivero Machina, la antología Nacer en otro tiempo (Sevilla, 2016). Dirige Nadie que habla, un espacio en la revista digital RitmosXXI, donde publica semanalmente artículos de vario tipo, y Lujuria crítica, su blog personal. Ejerce esporádicamente la crítica literaria en diversas plataformas y publicaciones. Reside en Oviedo.