Edición 31
De noche un pájaro: Miguel Tejada Sánchez
1.
Este esmalte plateado
Traído de la luna
Fue un regalo de la doctora de Medellín
La jovencita de ojitos verdes
Que sufría de mareos y punzadas en la cabeza
La niña más pequeña
De todas las niñas doctoras
Decía que era el calor
Que la costumbre no sé qué
Que todos tranquilos, todos contentos
Que todos éramos animales
Que no conocían la tristeza
Que sabíamos aguantar
Podíamos aguantar, decía
Apretaba los puños, la niña
Andaba siempre con un frasquito
Tomaba pastillas para la sonrisa
Esa niña, Dios sabe quién es
Me abrazó muy fuerte las costillas
Como la gente que se despide
Para no volver
Me dijo que yo era hermosa
Caderona y de cara grande
Guerrera negra, me decía
Abría los brazos y cerraba los ojos
Me ponía hojitas en el pelo
Se reía para que yo me riera
Sos inmensa y poderosa, negra
Me das miedo me das ternura
Sos una montaña con ríos y pajaritos, mírate
Eso me dijo
Mantené la cabeza arriba
Siempre, dulzura, arriba del miedo
Estirá el cuello y salí de la sombra
Como si fueras a cantar
Alto y fuerte
Todas las mañanas
Alto y fuerte
Me dijo
Espantá las tormentas
Los malos sueños
Los dolores a media noche
Cantá, negra, cantá
Me dijo
Que bañara a los muchachos con agua fría
Todas las mañanas
Bajo esa luz azul
Cantales antes de que se vayan
Negra, cantales bonito
Que ellos se acordarán de eso
Porque de eso se acuerda uno
Al final
Solo eso
Lloraba la doctora de Medellín
Hundía la cara en una bolsa
Lloraba despacito
Al cabo de un rato, sacaba la cabeza
Parecía un conejito blanco
Me dijo tené, tené
Otro esmalte
Otro
Otro
Perla, rubí, carmín, verde lorito
Me dijo llevátelos todos
Le dolía el recuerdo de su mamasita
Y lloraba
Y reía
La misma risa de su mamasita
Un espejo
Eso decía
Me dejó un cuadernito
Antes de subirse al helicóptero
Me dijo que dibujara estrellas
Que no me dejara encaramar
La tristeza
Que pelara estos dientes
Que luchara con estos dientes Se fue
Te fuiste vos también
*
Dibujar no es lo mío
Parto el lápiz cuando hago trazos
Líneas de tristeza
Destinos
Temo los días
Las jornadas
Me desangran
Me asustan los papeles que vuelan
Los helicópteros altos
Temo por la escuela
En llamas
Por el hospital de arena
Temo
Rezo
Callo, callo, callo
Me abrazo
Me encojo
Los niños duermen
En cambio sí puedo hacer letras
Conozco el juego de las letras
Ponerlas aquí y allá como fichas
Ya eso lo sé
*
Soñé con tu cuerpo iluminado
Las hormigas te cargaban
Te metían en un socavón
Y adiós, ni un beso de despedida
La oscuridad se lo tragaba
La luz de su cuerpo
Quedó esparcida por el camino
Como esa luna de selva
Que deja su resplandor
Sobre los pasos perdidos
Sueño al borde del mar
Le robo un beso en el sueño
Me río, me caigo de la silla
Patas arriba, me río
Lo beso
Antes de que se lo trague la oscuridad
Despierto y pongo juntitas las letras
La palabra beso, dulce, dolor
Despierto con la cabeza metida en un hormiguero
Acá me dicen loca
A vos te dicen pendejo
Negro agalludo
Hablan
Mal si estás muerto
Mal si llegaste al otro lado
Mal si sueño con tu cuerpo
Luminoso, cubierto de estrellas
Ah, destino el de uno
Destino el tuyo
Perderte así
*
Pongo el café
Ya tarde en la noche
Nadie quiere nada
Duermen
El hambre
*
Escucho
De dónde vendrá ese grito
Que no son cuentos las culebras
Que se disfrazan de raíz
Eso cuentan
Y los troncos, de esos hablan también
Los troncos que sudan
Espinas de leche
Yo escucho cómo te llevan
Entre árboles
Todos iguales
Idénticos
Cuando ya es muy de noche
Lo malo y lo hermoso
Igual se ven
Igual negro sobre oscuro
Igual si vas o vienes
Pero no vienes, vas lejos
Con pasos tuyos
Perdidos
Rumbo al día ninguno
Aquí sentí yo esos pasos
Hormigueándome el pecho
No querían irse, no así
Enojados
Ni salir de mi corazón, verdad
¿Verdad?
*
Selva adentro
Ya muy lejos
La lluvia
Borró
Tus pasos finales
La misma lluvia
Ayer
Mañana
Esta noche
*
La noche entera me la pasaba
Apretando contra el pecho
Ese nombre tuyo
Y tenía tantas espinas
Enredadas entre las letras
Lloraba en las manos de mis comadres
Pero acá no es así, vos sabés
Como la lluvia que se amaña en las canoas
Y hay que sacarla
Igual con las penas
Pero la gente no entiende
¿Soñás o imaginás?, me preguntaban
Mátenme, si no es mucha molestia.
Yo les decía
Te nos fuiste entre las ramas, te perdimos
Nos inventábamos cuentos para el dolor
Cambiábamos las preguntas por moneditas
De plátano
Comíamos, en silencio
Volviste al mar, buscador de ballenas
Eso decíamos
*
Ahora imagino
De espaldas al mar
De la memoria
Una trocha
Por ahí se va uno
Un buen día
Un mal día
No se ve nada
Lo único cierto
Es el lugar que señala la boca del fusil
Allá es.
2.
Caminen que es arena
Y es fácil
Caminen pues
Arena es lo que hay
Caminen, caminen
Sin madre
Sin Dios
Caminen
Recuerden la sed
La rabia en la garganta
Y caminen
Miramos el sol, rabiosos
Ah, recuerdos tan malos
Tan ardientes, tan filosos
Tan lejos todo ya, todo, todo ya
Lejos de los ranchos en llamas
De allá, de los tuyos
Arde
Como una avispa
Clavada en el corazón
El recuerdo del niño viejo
Llorando frente al mapa
Eras vos el niño boquiabierto
O era yo, con la ropa de mi hermano muerto
¿Qué es un dolor?, pregunta el niño Leví
La sombra, niño, la despedida del sol
La última ola, el último barco sin nombre
Los pescados muertos sobre la arena
Nuestros pescados
De niños, nos hundían un lápiz
Aquí en el corazón.
Aprendan los caminos
Nos decían: allá es el norte, acá también
La mitad del mapa la arrancaban a mordiscos
Al norte van los mejores
Al norte va la sangre
Tu sangre, niño Leví
A ese corazón ponzoñado va
Éramos bien pocos
Nos íbamos, nos aburríamos, nos matábamos
Éramos cangrejos enanos
Peregrinos en medio de tanta playa
Felices, tal vez
Niños con ojos grandes
Y costillas de perro
Eso éramos
Felices, diga usted
Abandonados
Éramos de aquí, raíces de palmera
Marea, palos quebradizos
Jugar, joder, perseguir a los perros
Correr
Las canoas rotas
La madera podrida
La atarraya de papito Marcial
¡Corran!
Nuestros juegos
¡Parecen animales!
¡Vengan a desayunar!
Se reía el mentiroso
Dueño de las gallinas
Dueño de los lápices
*
Nos decía: hay mujeres blancas
Hay plata pa’ comer.
En el norte
Qué van a hacer
Qué van a hacer
¡Qué va!
Pero yo me fui sin aprender
Salté por la ventana y corrí
Descalzo.
Por esta misma arena
Corrí.
*
A los niños les tapaban los ojos con una venda y les daban vueltas.
Y luego, así zurumbáticos, les pedían que señalaran el norte.
Vomitaban en el cuenco que hacían con las manos
¿Oíste eso? La hierba cruje por lo seca.
La piel me estorba, la piel suena
Es la sed que tenés
La boca abierta
Muda
La lengua
Una lija
*
De un matorral salieron dos tipos que parecían gringos
Tenían gafas oscuras y uno de ellos cargaba un mapa en el bolsillo
Lo desenrolló sobre la hierba y dijo «veamos»
Parecía un tablero de parqués
Yo había visto unos ojos azules como esos
Los vi allá una vez en la iglesia, en la cabecita de un ángel
Miraban como los ojos de un niño que se ha ahogado en el mar.
5.
La boca les huele mal
Pobre gente de malos recuerdos
Estanques de agua verde
Adentro
Podridas sus almas
Hablan y sueltan ese pasado
De olores malos
De vinagre
De sangre
Yo negaba con la cabeza
Cuando amanecía sobre la arena
Apretaba la boca, cobarde
Pero mi mujer sabía de mis andanzas
Por eso acá uno acá no miente
Razones sobran para no mentir
Mírelos: la boca abierta
Allí se posan las moscas
Bochinche de plagas y malos días
Mucha palabra maldita, mucha desgracia
Acumulada en un grito
La boca es una cueva peligrosa
Usted lo sabe
Mire
Allá vienen otra vez
A llevarse dos veces la misma tierra
Déjalos que sigan
Como en su casa
¿Qué quieren?
Me vieron cara de buena gente
Cara de pendejo
Nos cocinás y nos lavás las botas
Cara de esclavo
Andá por los plátanos, negro, dejá el machete aquí
Pa’ eso tenés esas manos tan feas.
Tenían unos radios colgados al cinto
Las palabras zumbaban
Así de cerca los tuve, así
La boca les olía como a gasolina.
8.
Aquí hay unas cruces
Allí quedaron los pasos
Estacados
Aquí nace un nombre, donde uno pise
Yo intento olvidar lo conocido
Hormigueros, palmeras, charcos de agua, compadres
Por estos caminos iba yo cuando era niño
Recogía esqueletos
Espinas de pescado
Angelitos muertos
Cangrejos muertos
Cáscaras de un día
Nubes cansadas
Botellas de aguardiente
Cargaba lo que pesara tres veces mi cuerpo
Eso aguantaba
Nunca era igual el camino
El agua lo borraba
La manigua lo escondía
Pero uno sabía
Uno contaba los pasos
O como decía una señora: uno cantaba los pasos
A ellas les gustaba cantar
Salían por la mañana
A vender los pescados
Cantaban la venta
Cuente los pasos
Faltan pocos para dar con las tumbas del futuro
Cante los pasos
Llegamos
Aquí están nuestras cruces
Ya lo sabe usted
Cuando uno se queda quieto la tierra lo reclama
Y el nombre que nace en ese pedazo de tierra es el suyo
Eso no es de otra manera.
16.
Hacé lo que te digo, me dijo él
Yo dije que tiburón no comía
Él me calló estirando la trompa
Yo, que no digo nada, dije bueno
Será tiburón por la nariz chata
Por lo robusto, qué se le va a hacer
Pero él me dijo mirá bien, mujer
Seguí adivinando nombres de pescados
Y él que no, mujer, que mirá bien
Me arrimé con miedo
Mejor evitar alegatos
No se imagina usted
Él levantó la bendita cosa
Tenía como el tamaño de un niño, haga usted de cuenta
Así de grande
Así
Del vientre rajado le salió una figurita de la virgen, una virgencita
Yo me sentí malagradecida y lloré
Y él me dijo mirá bien
Hundió el cuchillo en la barriga del animal
Como en un saco de harina
Mirá bien, te digo
Luego no hablamos
Él se tragó las palabras
Yo le pedía perdón a Dios
Y el corazón me latía con furia
Estuvo ahí sentado
Espantando las moscas
Nada más
¿Y ahora?
El hombre movía la cabeza, preocupado
¿Dónde es Colombia?, me dijo
Y por fin se rió
Después siguió con esa risa en la cama
Dios nos vio en esa oscuridad
Nadie más.
17.
Lo dicho
A cada paso un nombre
Y aquí están los nuestros
Después de un tiempo
Aquí están las caras
Ya son historia
Pero los nombres se mueven
Avanzan, como tus pasos
Con las penas al hombro
Déjenlo ir, que él sabe
Déjenlo hacer
Otra vez el camino viejo
Los nombres no envejecen
Volvimos, volveríamos
Lo dijimos
Lo gritamos
Yo fui criado así, para no quedarme quieto
Ya se lo dije: detiene usted el paso y la tierra se lo traga
Vamos muy rápido
Como que hay ganas de llegar, ¿no?
Los árboles viejos se cuidan solos
Mírelos: enteritos
Ya reconocí los nuestros
Déjenlo
Va de primero, va abriendo camino
Recoge los días que dejamos tirados, va con prisa
Hay mucho dolor esparcido en el monte
Mucho tiempo incalculable y frondoso
Las manos ya no me sangran: mire
Parece que las hubiera sepultado en cal
Va de primero, con afán
Abriéndonos el paso
Déjenlo que siga así, muy callado
Ya nos dirá ¡paren!, nos dirá ¡miren!
Déjenlo, carajo
Evita mostrarnos los ojos
Evita mirar lo que ya miramos, suplicantes
Evita escuchar otra vez esas voces
Estatuas de sal, nos dice
Caminamos o nos morimos
Déjenlo
A donde lleguemos,
Si es que hay un llegar
Nos toca levantar a los muertos Comienza otra vez la vida
Si un árbol te estorba, túmbalo
A los árboles también los mata la tristeza
¿Cuánto falta?
Ya estamos cansadas
Y los niños tienen sed
…y sólo hay árboles, ay, yo me sabía sus nombres,
porque mi viejo me los enseñó. Caminábamos los
dos, solos, y entonces me señalaba los árboles, me
decía que matar un árbol era matarlos a todos,
porque ellos son un solo nombre que nace y muere.
Ayer, mañana, ayer, mañana.
Son mudos y muy tristes, por eso mismo.
Son el mismo día y la misma noche.
El mismo día de nuestra muerte.
Mire esos zapatos, comadre: como nuevos.
¿De quién serán?
18.
Buenas gentes sí eran,
Pero se les habían secado las palabras
Cada quien con su dolor
Hay que sentir la sed de las palabras
Escuchar
Que muy adentro hay un río
Que está como muerto
Seco, pedregoso
Saber acariciar
La cicatriz del río acá
En mitad del pecho
Arena y piedras
Preguntaban por preguntar:
¿Les molesta el ruido?
Yo los vi muy cansados y les dije la verdad
Acá todo queda muy lejos
Ya estamos muy lejos, respondieron
Lo que sí nos preocupa es que todo está como muy callado
Habían dejado de escuchar los remolinos de agua
Acá se queda uno sordo de tanto escuchar
¿Escuchar qué?
Cuando nos llega una tristeza
Escuchamos, no decimos nada
El viento nos seca el llanto
El mar nos lava las heridas
¿Cuál viento?
Hacían el bien
Y tenían que irse ya
Nos regalaron aviones de papel
Y la humedad los marchitó
35.
Agarren palas
Que los vamos a enterrar
A estos pobres muertos
Agarren fuerzas
Nosotros, padre, es que no tenemos plata
Todo tiene solución
Vayan al pueblo
Yo espero aquí
Con sus muertos
Nosotros, padre, es que preferimos dárselos al río
Que sea el río
El eterno descanso
Vayan, vayan, al pueblo, vayan.
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Noticia Biográfica
Miguel Tejada SaÌnchez (Cali, 1982). MagiÌster en Escrituras Creativas de la Universidad Nacional de Colombia. En la actualidad, es profesor en la Escuela de ComunicacioÌn Social de la Universidad del Valle. En 2015, obtuvo el primer premio en el xxviii Concurso Nacional Universitario de PoesiÌa Universidad Externado de Colombia, con el poemario De noche un paÌjaro, cuyos poemas aparecen en este libro n.o 124 de la ColeccioÌn Un libro por centavos, cumpliendo uno de los objetivos de dicha coleccioÌn, promocionar a los nuevos talentos colombianos.
Tejada SaÌnchez ha publicado ensayos sobre narrativas contemporaÌneas, usos y trabajos de la memoria en la narracioÌn y en la comunicacioÌn visual, artiÌculos sobre diseño y reportajes literarios. Prepara en este momento la publicacioÌn de su primera novela. Textos suyos han hecho parte de exhibiciones artiÌsticas locales y nacionales, y en instalaciones sonoras y de arte radiofoÌnico.