Edición 36
Ricardo Heredia De La Cruz
IV
Busco algo parecido a la muerte de Joaquín
porque Joaquín murió entre ángeles,
quién sino él para morir entre ángeles al amanecer.
Busco algo parecido a la muerte mía,
a la soñadora apariencia
de un cielo despojado de Dios.
Busco algo parecido a la muerte
(parecido nada más)
que me lleve a la música tuya,
me acompañe hasta la puerta
o a la muerte misma.
VIII
a Fredy Yezzed
A propósito del terror, vi caer mis hombros
en otros hombros que no eran míos,
y ese ser tan intrépido
en la agonía de la luz
o lo que es igual,
la humana figura de una mosca en la pared
muere al partir cada silencio.
Quizá requiera de otros cristales,
la ventana que heredé
no alcanza a recorrer en plenitud
los horizontes.
Es rara esta lejanía.
No suelo ser pesimista
ni llorar en las despedidas,
pero es probable
que ante los temblores de una doble puerta,
quede suspendido en las tristes alegorías de tu infancia.
Apuesto a que soy hombre de poca fe,
al recuerdo que me arrancaron de una paliza.
En los días me resguardo del viento
y repito en los oídos que parió mi madre,
en los oídos que parió mi madre repito:
tengo miedo de mis entrañas
de esta amargura que se nos cae de la lengua y su infinita responsabilidad en los corazones
de los muertos.
IX
De los que abarcan la tierra,
díganme si los peores años
no tienen el color de la huida,
esa otra forma de ser humano.
Díganme si los carteles rebelan mi nombre,
si los placeres dominan el paraíso de los caídos.
Aquella manía nuestra de robarles a los pájaros
su inocente trazo de aire,
o la perfecta irrelevancia de nuestra mirada
en el camino que ensayan
me convencen de lo artificial de mi voz.
Para no complicarte la vida
me permito seducirte los brazos,
y en la tardía elaboración de un pan
acelero los trámites de una vida que nos sirva.
Para no complicarme la existencia:
carne y aliento en la cena.
Para no ahogarte
con lo gris de mi saliva,
he querido no mentirte sobre la tarde.
X
Prometí responderles a los hombres
del porqué de mi boca vacía,
son las dos menos veinte en mis párpados.
Ya no vuela sobre mí
el verano de los sueños ni la alegría de mis hijas.
Me encantaría regalarles una respuesta
pero aún juego a la eternidad sobre los tejados.
La luz se aproxima,
la horizontalidad de los hechos
me demuestra que malgasto los días
sonriendo a los semáforos.
Puede ser que mantenga mis deudas impagas,
lo confieso, así también,
ya no me importa el latido de los pájaros,
sólo esa mano que mantiene de pie mis ojos
en la tormenta que me debo.
Suelo no pagar mis deudas,
es verdad,
y me pesa.
XII
Callo, debo admitirlo.
Mi voz, esa rara mezcla de agonías ajenas a mi voluntad,
corre violentada por las calles.
A esta mañana se acercan los universos a dormir.
Quedo ante la falta de armonía de los humedales demasiado expuesto,
algo nuestro se destaca, comprendo a los seres de cabeza humana.
Comprendo también a los padres del terror en nuestras bocas.
¿Sería demasiado pedirte que te quedaras?
Sería demasiado pedirme, otra vez, que te quedaras.
Creo en el silencio como herramienta de trabajo,
creo en la soledad de tu discurso,
creo en vos como ese alguien parecido al dios de mis egos.
Callo, debo exigírmelo.
Mi voz, es una rara mezcla de palabras tuyas.
XXVIII
Como la eternidad,
esa falta de motivos para morir,
el camino se nos recuesta sobre la frente.
Es que anduve en la búsqueda estéril
de los pasos que perdimos
y cual niños jugando entre la maleza de un jardín,
la razón de los días grises
se presentó ante el parabrisas de un corazón
por demás golpeado.
Pero esta boca mía pide un receso
a los mediodías que me vienen de golpe,
uno tras otro sin descanso
y vos,
en esa calma que te incompleta
tomaste la sal de mis bolsillos.
Como a la eternidad,
ahora comprendo al silencio
y su mano inflexible sobre mis labios.
Vea también: la poesía de Lorena Huitrón.
Noticia Biográfica
Ricardo Heredia De La Cruz nació en Lima, Perú, en el aí±o de 1983. Es poeta, editor y crítico literario. Fue miembro fundador de “Manto Gris, Circulo Literario, o algo así†con quienes publicó sus primeros poemas. Está radicado en la ciudad de Neuquén, Argentina, desde hace diez aí±os. Actualmente cursa estudios de la Licenciatura en Historia en la Universidad Nacional del Comahue. Sus poemas fueron incluidos en la antología “Poetas argentinos del Nuevo Milenio†(Buenos Aires, 2014). Sus poemas y reseí±as han aparecido en revistas y diarios de Perú, Chile, Argentina y Espaí±a. Recientemente formó parte del 26º Festival Internacional de Poesía de Medellín. Tiene un libro publicado “A la izquierda de mis pasos, tres gradosâ€(Buenos Aires, 2009).