Edición 38
7 poemas de Alejandra Lerma, poeta colombiana
De Precisiones sobre la incerteza
II lugar Premio internacional de poesía Tomar Vargas Osorio, 2016
El silencio en nuestro verbo
Hemos nacido en silencio
el silencio en nuestro verbo
construimos el lenguaje por temor
y vamos tropezando tristemente
entre palabras
que hace mucho no nos dicen nada.
Mucho más que la vida
A Juan Manuel Roca, que me acompañó a pastorear demonios
Existo mucho más en mis poemas
que en mi vida
Cuando escribo pastoreo los demonios que me pueblan
dejo que se alimenten del agua de la noche
Hablo el idioma de mis fantasmas
los traduzco
para que sean amigos
Escucho con total claridad lo que dicen los muertos
y al verme sonreír abren los ojos
En mi poemas
desvanezco la angustia
construyo espejos para el alma
aprendo a ver de nuevo
Navego el llanto
naufrago en el centro de la calma
cambio lo turbio por viento
Cuando escribo detengo cualquier guerra
comprendo el odio
enaltezco lo terrible
perdono a Dios
Dejo que llueva por siglos
transformo mi sexo
ofrendo mi dolor a la luz
amo lo humano
Confieso todos los miedos
dejo que la bruma me circunde
abro mi pecho al sol
atravieso el pensamiento
hago que mi mundo sea otro
me conozco como nunca
vivo más allá de la vida.
Y si la Muerte
¿Y si la muerte no es más que ir vagando
arrastrado la imagen de este cuerpo
sintiendo las angustias
los dilemas
todo lo que en la vida nos dolió?
¿Y si la muerte no es más que sombra y rabia
un silencio feroz que nunca cesa
un estar todos juntos y distantes
sin podernos tocar sin abrazarnos?
¿Y si la muerte no es tan desconocida y se parece al rostro de mi madre cuando llora?
Y si la muerte no va a volvernos sabios
ni apacibles
ni locuaces
seguiremos cargando la misma estupidez
el odio
la amargura
Si ese paisaje hermoso
poblado de vestidos blancos
no existe más que en cuentos
¿qué haremos de la muerte, dónde la encontraremos, cómo esperar por ella?
¿Y si la muerte es lo mismo que la vida?
Retrato de mi abuela
Mi abuela vive en lo oscuro
pasa horas infinitas mirando al techo
dice que le duele el dolor
arrastra sus temblores junto a la silla de ruedas
a veces se olvida de su nombre
Sus manos se agitan al comer
recuerdo que una vez me alimentó
que me limpió la boca
y me enseñó palabras
todo lo hizo muy firme
estuvo viva para que yo viviera
No soy buena cuidándola
me asusta su tristeza
Temo envejecer con tanta angustia
mirarme en un reflejo
verme como ella
preguntarme dónde están mis hijos
y no poder llorar de la vergí¼enza
Marina
nunca ha visto el mar
siempre evitó los viajes y el amor
se fue quedando muda
cansada de escucharse
entre la soledad de las pastillas
La miro desde lejos
como a una extraña
se mece entre sus dedos la camándula
el olor de lo que muere la corroe
No comprendo la inclinación de la balanza
quién le ofrendó su peso
cuándo vendrán por ella
dónde guardaron
bajo llave
su alegría.
Lo único importante es elegir si me quedo
cualquier otra decisión se hace pequeña, tonta
Debo medir el peso entre las manos
quedarme con las noches de profunda luz
o cerrar las cortinas para siempre
Debo elegir
si amar
o perpetuarme en un recuerdo
vago, transitorio
como toda memoria
Quedarme y asumir la lluvia
no quejarme de los zapatos huecos
agradecer el agua
Lo único importante es elegir si me quedo
si me abrazo a mi cuerpo
y me contengo a mí misma
como un dique
Si no me dejo caer
o miro desde el suelo
como crece la hierba
y tal vez sonrío
Debo leer las cartas sin los párpados cerrados
sin los dedos tan filosos
y la lengua tan herida
Debo elegir
cuántos dolores aún me caben
cuántos necesitan desalojo
Cubrir los espejos
mirarme a oscuras
como mira la muerte
Debo elegir
pero no quiero
no me viene en gana
decidir mi destino
jugar a que soy dios y me doy vida
jugar a que soy dios y me la quito.
A propósito de Wislawa
Leo a Wislawa en una panadería sucia
el olor a pan recalentado y agrio se adhiere al mantel de plástico
intento que mi libro no se manche
que no se entere del lugar inapropiado al que lo llevo
Pienso que Cali está muy lejos de Polonia
lejos de la nieve y la guerra
Aquí también hay sangre
muerte como moscas
pero los cuerpos caen entre el verano
sin término
que padecemos
y celebramos
Polonia no existe
esta más allá de cualquier imaginación de provincia
en las escuelas públicas el profesor de historia siempre se enferma
nadie reconoce continentes
los salones se pueblan de revistas pornográficas
oídos atentos al timbre de salida
Wislawa tampoco sabe que yo existo
que transito sus letras como aferrada a un paraguas
bajo el agua estruendosa
que me llevo sus poemas a la cama
desayuno sus trenes fúnebres
meriendo su filosofía extraña
su claro pensamiento nocturno
su obsesión con la vida que se muere
No tiene por qué saber de mi existencia
tan pequeña y lejana
tan débil y luminosa
como cualquier luciérnaga
Le pido perdón en la distancia
por maltratar sus hojas
por leerlas en cualquier sitio
a cualquier hora
y no en una ceremonia celeste
como merece su tinta
Ya sabrá comprender ella y su ojo agudo
que en este pobre lugar no existe ni Polonia
ni tiempo para leer un gran poema
como es debido.
Hemos tardado mucho en construirnos
Hemos tardado mucho en construirnos
los derrumbes, por el contrario, son instantáneos
Siglos sobre eternidades para que existan las ciudades
años de resistencia para dar forma al amor
y sólo se requiere un pequeño segundo
menos
una milésima
y todo habrá acabado
No valdrán oraciones
ni llantos hondos
la esperanza es un traje raído
Quedaremos igual que en el principio
desnudos
sangrantes
desposeídos de todo
creyendo que el vacío es la carga más pesada de llevar.
Vea también: Cinco poemas de Margarita Mejía
Noticia Biográfica
Alejandra Lerma, 1991. Comunicadora Social y Periodista de la Universidad del Valle, Cali, Colombia. Sus poemas han sido publicados en una Antología individual: El Lenguaje de mi alma (2008) y en obras colectivas como la Revista Fundación Plenilunio, la revista Clave, la Antología Poética Amores Urbanos (2011) la Antología Trébol de cuatro hojas ( 2014) y Oscuridad en luz Alta ( 2015). Ha participado en diferentes espacios de lectura de poesía a nivel nacional. A nivel internacional fue invitada al encuentro de mujeres poetas en Oaxaca, México, a lecturas de poesía en Ecuador y al encuentro La poesía se eleva en Tacabamba, Perú.