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Edición 39

Dos poemas del colombiano Julián David González



Nadie lo sabe, pero todos sueñan con un hombre llorando

El hombre llora sobre una cama, agazapado

Mojándose con los ojos las rodillas, sin que se le pueda ver el rostro

Entonces te acercas y te sientas en la cama, intentas tocarlo,  pero la cama se te hace larga y se te aleja. Corres para alcanzarlo pero te estrellas contra un espejo.

Ahora, a tus espaldas, esta otra vez el mismo hombre llorando, agazapado.

Algunos, revientan muchos espejos.

Otros, solo uno.

Nadie lo sabe, pero todos sueñan con ese hombre.

 

 

 

 

Pasarán los años y volverás nuevamente a la casa que fue de tus padres

Serás un fantasma que observa a otros fantasmas que fueron su familia.

Caminarás por la casa y entrarás en el cuarto que fue de tu madre:

Está en embarazo y eres tú quien le crece en el vientre.

 

Ahora tu propósito está claro.

Tu venganza, contra ti, será eterna.

 

Tomarás un palo e intentarás matarte.

 

Entonces descubrirás que tu madre siempre fue más fuerte que tú:

Pues verás su puño levantarse

Sus ojos, fijos en tus ojos

Escucharás como su mano revuelve el aire

Presentirás el Golpe

 

Y un dolor inmenso te crecerá en la espalda.

 

 

Vea también: la poesí­a del difunto Guillermo Martí­nez.


Noticia Biográfica


Julián David González Vera (La Ceja, Colombia, 1995) Electricista.  Ha escrito los poemarios “Dioses Enfermos”, “El Animal Iracundo” y “Poemas Menores” y  ninguno ha sido publicado.



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