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Edición 58

Tres poemas de Innokenti Ánnenski traducidos por Natalia Litvinova



Los siguientes tres poemas se tomaron, con el permiso de la traductora, de Ánnenski, Innokenti (2016). Melancolí­a por lo fugaz. Antologí­a. Trad. Natalia Litvinova. Madrid: Vaso Roto Ediciones. Págs. 13, 27, 61.

 

Natalia Litvinova nació en Bielorrusia en septiembre de 1986. Actualmente reside en Argentina. Es poeta y traductora de poetas rusos. Publicó: Esteparia(Ediciones del Dock, 2010), reeditado en el año 2013 en España y en Uruguay, Balbuceo de la noche (Melón editora, 2012), Grieta (Gog y Magog ediciones, 2012, reeditado en España y en Costa Rica), Rocí­o animal (La Pulga Renga, 2013), Todo ajeno (Vaso roto, 2013) y Cuerpos textualizados (Letra viva, 2014) escrito en coautorí­a con Javier Galarza. Compiló y tradujo las antologí­as El ruido de la existencia (Editorial Leviatán, 2013) de los poetas rusos Vladislav Jodasevich y Serguéi Esénin, y El espejo equivocado (Melón editora, 2013) de Cherubina de Gabriak. Su poesí­a fue traducida al francés y publicada por la editorial francesa Al Manar. En 2016 la editorial Vaso roto publicó sus versiones de Innokenti Ánnenski

 

 

 

 

La melancolí­a de las gotas lentas                         

 

Oh, gotas en el silencio de la noche,

sonajero del espí­ritu dormido,

crecen temblando y caen

con insistencia y precisión.

 

En la noche insomne y quieta

espero ansioso su golpeteo:

la llama de una vela solitaria

brilla y parpadea con tristeza.

 

Y parece que, a escondidas,

asisto a un extraño matrimonio,

la relación desesperada de dos vidas

que se deshacen en la oscuridad.

 

 

 

 

Mi poema

 

Aún verde recogieron la cosecha,

la oscuridad fría es silenciosa…

No ahora, en otro tiempo

fue pensado este poema…

 

No adivinado sino vivido,

quizás más de una vez,

quiso pero no pudo

vencer la duermevela.

 

No sé qué es ni a quién le pertenece,

sólo sé que no es mí­o,

lo trajeron de noche,

y con el sol volverá a casa.

 

Que se burle, no me duele:

no estoy con él, estoy en el olvido.

Y tengo sobradas penas,

de seguro todas mías…

 

Lo ves, ya se deshace,

desaparece con los rayos de plata

en la marejada láctea de la niebla...

No te angusties: de nadie era.

 

 

 

 

Notturno

                                                            A mi amigo S. K.  Bulich

 

Elige una noche oscura en el campo desierto y desnudo,

sumérgete en la penumbra canosa…

Que el viento se calme después de soplar,

que en el cielo frí­o, centelleando, se duerman las estrellas.

Dile al corazón que no cuente los latidos…

¡Detén los pasos y escucha! No estás solo… Es como si las alas

de un pájaro, completamente mojadas, nadaran en la niebla.

Escucha… es el vuelo del pájaro rapaz e imperioso,

se llama t i e m p o y en sus alas está tu fuerza, el sueño

efí­mero de la alegrí­a, los andrajos dorados de esperanza…


Noticia Biográfica


Innokenti ínnenski (Omsk, 1855- San Petersburgo, 1909) fue un poeta y mí­stico de la primera ola del simbolismo ruso cuyo reconocimiento llegó tardí­amente, tuvo una gran influencia para las siguientes generaciones de poetas, entre ellos, Osip Mandelstam, Anna Ajmátova y Nikolai Gumiliov. Es reconocido como uno de los poetas que trajeron las ideas de Baudelaire, Rimbaud, Verlaine y Mallarmé a Rusia, pero supo combinarlas con su propio estilo y su tradición para producir una poesí­a única. Solamente publicó un libro de poesí­a en vida: Canciones apacibles.



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